Kohler, EE.UU.
Agencia dpa

El australiano Jason Day obtuvo ayer su primer «major» de su carrera al imponerse en el PGA Championship, tras aguantar el embate final del estadounidense Jordan Spieth, que finalizó segundo a tres golpes.

Day completó la última ronda con 67 golpes, 5 bajo par, para completar un recorrido total de 268 impactos, 20 bajo par. Spieth finalizó segundo con 271, resultado que le alcanzó para acceder a la cima del ranking mundial, sitio del que mañana desplazará al norirlandés Rory McIlroy que terminó decimoséptimo en su retorno tras romperse los ligamentos de un tobillo jugando al fútbol.

Day, que gracias a este título subirá al tercer lugar del escalafón, llegó líder a la última jornada con dos golpes de ventaja sobre Spieth, pero soportó con solvencia la presión que intentó colocarle el ganador de los dos primeros «majors» del año.

Tres birdies consecutivos en los hoyos 5, 6 y 7 le posibilitaron a Day tomar una ventaja casi decisiva para afrontar los últimos nueve hoyos. Con esa tranquilidad, el australiano manejó la ventaja con solvencia, manteniendo siempre una buena distancia que osciló entre tres y cuatro golpes sobre Spieth.

El sudafricano Branden Grace y el británico Justin Rose, que por momentos se habían constituido en una amenaza para el líder, asumieron riesgos que les terminaron costando caro. Grace cerró la vuelta con 69 impactos para un total de 273, mientras que Rose cerró con 70 para sumar 274.

Con el éxito del australiano de 27 años en Whistling Straits se cortaron los triunfos estadounidenses en los majors, ya que a los dos primeros de Spieth, en Augusta y en el US Open, se sumaba el de Zach Johnson en el Abierto Británico.

Igualmente, Spieth completó una temporada de ensueño en los majors, con dos títulos, un cuarto lugar en el Abierto Británico y un segundo puesto hoy en el PGA Championship. Sumando los cuatro torneos, el estadounidense de 21 años sumó 54 golpes bajo par, cifra inédita en la historia del golf.

Para Day fue una revancha de lo sucedido en el Abierto Británico, cuando se quedó a un golpe de jugar el desempate que finalmente ganó Zach Johnson.

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