Madrid
Agencia dpa

Pedro se reivindicó y de paso metió en un problema a su club, el Barcelona, que asume la probable marcha de un futbolista fiable, con afecto en el vestuario y con la necesidad de encontrar un sustituto que no podrá jugar hasta enero.

El delantero azulgrana fue el gran protagonista de la final de la Supercopa de Europa, resuelta por el Barcelona con un triunfo 5-4 ante el Sevilla gracias a un gol suyo en los instantes finales de la prórroga.

El atacante español afrontó el duelo en las peores condiciones posibles, pues hace semanas que se rumorea su inminente salida del Barcelona en busca de mayor protagonismo. Además, fue una sorpresa que no jugara de inicio, pero su técnico, Luis Enrique, apostó por el joven Rafinha como sustituto de Neymar, ausente con paperas.

Para redondear el cúmulo de incomodidades, antes del encuentro el nuevo secretario técnico del Barcelona, Robert Fernández, afirmó: «Pedro me ha dicho que quiere irse».

Tales declaraciones tuvieron una contundente respuesta de Pedro al finalizar el partido: «Las palabras de Robert Fernández son injustas. Ha hecho unas declaraciones muy desafortunadas. Gente así no debería hablar. Él tendrá sus razones».

Pedro reconoció que planteó su salida del Barcelona para tener «más minutos», pero lo que le molestó es que el hecho de que Robert Fernández hiciera pública esa conversación, y antes de una final, y que no matizara que el delantero habría tomado la decisión en contra de su voluntad y sólo motivada por su ambición de jugar más.

La salida del futbolista ya sólo parece cuestión de tiempo. La cláusula de rescisión es de 30 millones de euros (33,4 millones de dólares) y hace días que la prensa habla de un vivo interés del Manchester United, al que se habría unido el Manchester City.

Si se consuma la marcha de Pedro, el Barcelona se quedaría con su famoso «tridente» -Lionel Messi, Neymar y Luis Suárez- como únicos delanteros, con lo que se vería obligado a encontrar un jugador que aceptase dos condiciones: ser suplente y no poder jugar hasta enero, cuando termina la sanción impuesta por FIFA de no poder inscribir jugadores.

La prensa especula con la posibilidad de que el Barcelona fiche al internacional español Nolito, del Celta de Vigo, como eventual sustituto de Pedro.

Él mismo se ofreció hoy al club azulgrana. «O me voy allí (al Barcelona) o me quedo en el Celta, da igual el equipo que venga», declaró en conferencia de prensa.

Nolito tiene 28 años, se formó en el Barcelona y encontró en el modesto Celta un lugar en el que brilla. Su talento lo llevó a la selección española y aspira a estar en la próxima Eurocopa, pero una pérdida de protagonismo podría suponer que se quedara fuera. No es una decisión sencilla.

Si Pedro se marcha, el Barcelona tendría que buscar un sustituto para un jugador que cuenta con el aprecio deportivo y personal de sus compañeros.

Así lo resumió el argentino Javier Mascherano tras la conquista de la Supercopa de Europa: «Ojalá Pedro pueda seguir en el ‘Barça’. Es uno de esos jugadores que para momentos únicos está tocado con una varita. Tiene mucha calidad y gracias a Dios está con nosotros». ¿Por cuánto tiempo? Parece que poco.

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