Londres
Agencia dpa

Ya es casi una costumbre. Apoyados en sus abultados presupuestos, los principales clubes de la Premier League no ahorraron en gastos de cara al inicio de la Liga inglesa de futbol mañana.

Tanto el Manchester City como el Manchester United y el Liverpool invirtieron cada uno más de 50 millones de libras (unos 78 millones de dólares) en la pretemporada con una misión clara: desbancar al Chelsea, el último campeón, de lo más alto.

El movimiento más resonante fue el traspaso del delantero Raheem Sterling del Liverpool al City, un fichaje que costó al equipo de Manchester 44 millones de libras y que podría incrementarse en cinco millones más dependiendo de la activación de cláusulas por cantidad de partidos jugados.

El pase de Sterling es el más caro de un jugador inglés en la historia y su llegada se espera que refuerce el explosivo ataque del City, que también cuenta con el argentino Sergio Agüero en la ofensiva.

Tras desprenderse de su joya, el Liverpool no se quedó atrás y gastó unas 77 millones de libras en fichajes gracias a la generosa billetera de sus propietarios estadounidenses.

Unas 32,5 millones de libras tuvieron como destino la compra del delantero internacional belga Christian Benteke, del Aston Villa, un jugador con el que el técnico Brendan Rodgers aspira a recuperar su reputación después de una temporada irregular en la que los «reds» cayeron al sexto lugar tras el anterior subcampeonato.

Rodgers aseguró que la presión es la misma de todos los años, pero las fuertes inversiones aumentaron la expectativa de hinchas y directivos y el objetivo de mínima es conseguir una plaza en la Liga de Campeones europea.

«Hemos tenido incorporaciones, espero que se integren bien y podamos lograr grandes impactos», consideró Rodgers.

«Para mí los dueños han hecho un trabajo brillante desde el primer día. Ellos creen en mí y mi tarea es simplemente trabajar bien con el equipo y terminar lo más alto posible», afirmó el entrenador.

Al igual que el Liverpool, el Manchester United apostó con fuerza desde el inicio del mercado de pases, consciente de la salida del argentino Ángel Di María al Paris St. Germain (PSG), que fue oficializada hoy.

La venta de Di María aportará, según estiman medios británicos, unas 44,5 millones de libras a las arcas del United, una pérdida de alrededor del 15 por ciento en comparación a lo que costó su compra al Real Madrid hace un año.

Eso, sin embargo, no impidió al United jugar con ambición en el mercado de pases. El técnico Lous van Gaal podrá contar esta temporada con el campeón mundial alemán Bastian Schweinsteiger, el francés Morgan Schneiderlin, el italiano Matteo Darmian y el arquero de la selección argentina Sergio Romero, por los que los «diablos rojos» gastaron combinadamente más de 50 millones de libras.

A ello hay que sumar los 25 millones que invirtieron en junio por el joven extremo holandés Memphis Depay.

El Chelsea, defensor del título y derrotado por el Arsenal en la reciente Community Shield, fue tal vez el más modesto de los poderosos en materia de inversiones. Sin embargo, la llegada a préstamo del colombiano Radamel Falcao desde el Mónaco promete darle un toque calidad extra en el ataque.

El Arsenal, usualmente el más prudente de los grandes equipos, pagó diez millones de libras por el arquero checo Petr Cech, que dejó el Chelsea tras una década.

Los gastos, sin embargo, no fueron propiedad exlusiva de los clubes más grandes. Los tres equipos ascendidos esta temporada -Bournemouth, Watford y Norwich- gastaron hasta esta semana unas 41 millones de libras en conjunto, una muestra más del poderío económico de la Premier.

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