Miami
AP

Los 40 son los nuevos 30. En el caso del pelotero Alex Rodríguez, incluso son los nuevos 20. El que fuera gran astro ha renacido cuando ya nadie lo esperaba tras un año fuera del diamante por la mayor sanción por doping de la historia del béisbol.

Rodríguez cumple hoy 40 años y lo hace disfrutando de su mejor temporada desde 2010, algo de lo que están sacando provecho los New York Yankees, primeros en la división Este de la Liga Americana tras perderse los playoffs los dos últimos años.

«Algunos dicen que la vida comienza a los 40. Yo lo firmaría ahora mismo», dijo Rodríguez tras lograr la noche del sábado tres «home runs» en el triunfo de los Yankees por 8-5 ante Minnesota Twins. Es la quinta vez en su carrera que suma tres vuelacercas en un solo partido. La última vez fue el 14 de agosto de 2010.

Entre un día y otro, dos operaciones de cadera, una extensa investigación por doping y una sanción de un año, de la que regresó a final de marzo transformado.

Rodríguez lleva ya 23 «homers» en lo que va de temporada y 667 en su recuperada carrera. Sólo Babe Ruth (714), Hank Aaron (755) y Barry Bonds (762) están por delante en el ranking histórico. Su porcentaje de bateo es de .277 y suma 58 impulsadas.

Pero hay muchos más cambios además de los que reflejan las estadísticas. Rodríguez volvió con humildad, se le vio arrepentido y ha hecho de su regreso una gira de contrición con la que está recuperando el respeto de los aficionados y de su propio club, que aún le debe 61 millones de dólares por ésta y otras dos temporadas.

«Estoy sano, estoy feliz, estoy apreciando todo lo que el juego tiene que ofrecer», afirmó «A-Rod», más accesible y cercano que nunca y que mañana celebrará en Texas con sus compañeros el cambio de década. Sólo nueve jugadores en activo en las Grandes Ligas son mayores que él y sólo dos de ellos no son pitchers, según la casa de estadísticas Elias Sports Bureau.

Su tiempo alejado del diamante le ha permitido entrenar y dejar atrás todos los problemas físicos de años pasados, los que quizás le hicieron recurrir a las sustancias prohibidas por las que fue castigado.

«Es inexplicable. Me he cavado yo mismo un agujero muy profundo», admitió al comienzo de la campaña «A-Rod», que por fin dejó atrás años de negaciones y de disputas contra todo aquel que osara acusarlo, como hacía el ex ciclista estadounidense Lance Armstrong.

Los Yankees, que dudaban de su rendimiento y pretendían usarlo de primera o tercera base, pronto se dieron cuenta de su valor como bateador designado.

Al final, el equipo se ha tenido que rendir a la evidencia de que necesita a Rodríguez, quien hasta hace poco parecía una carga y una mancha para la imagen del club más popular y más veces campeón del béisbol estadounidense. Sin «A-Rod» no habría remontado el 5-0 en contra del sábado ni sería líder de la división.

Con el paso de los meses y con los logros, Rodríguez se ha ido ganando su lugar, incluso como líder en ausencia del mítico Derek Jeter, retirado a final de la pasada temporada.

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