La Serie Mundial de los wildcards se definirá en el máximo de siete juegos.
Después de 16 innings consecutivos en el que sus bates estuvieron enmudecidos en San Francisco, el retorno a casa fue el mejor antídoto para los Reales de Kansas City, que aplastaron el martes 10-0 a los Gigantes.
Al encontrarse contra la pared en la postemporada por primera vez desde el partido de comodines contra Oakland hace casi un mes, los Reales zarandearon tanto al abridor Jake Peavy como al relevista Yusmeiro Petit en una parte baja del segundo episodio en la que emplearon 34 minutos para anotar siete veces.
Hubo de todo dentro del vendaval de nueve hits del segundo acto, que tempranamente liquidó el juego y encaminó a la victoria al novato Yordano Ventura en una apertura que dedicó a su compatriota dominicano Óscar Taveras, fallecido el domingo en un accidente vial en la República Dominicana.
«Que Dios lo tenga en un lugar especial», dijo Ventura sobre Taveras. «Este juego va a nombre él. Me preparé bien para ir concentrado a dejar lo mejor de mí».
Todo lo que bateaban los Reales acababa en hits, desde machucones hasta bombitos. El colmo fue un rodado saltarín de Alcides Escobar entre el montículo y la primera base, en que el venezolano superó en la carrera a la almohadilla al inicialista de los Gigantes Brandon Belt.
Además, Mike Moustakas, Eric Hosmer y Billy Butler empalmaron dobles durante el segundo acto.
Jake Peavy, con la oportunidad de conducir a los Gigantes a su tercer campeonato en cinco años, apenas pudo sacar cuatro outs al permitir seis hits y cinco carreras.
«No fue mi noche», dijo Peavy. «Hay que tener algo de suerte en este juego. Y no tuvimos nada de suerte».