Los jugadores de los Gigantes de San Francisco festejan después de vencer a los Cardenales de San Luis en el partido decisivo de la serie de campeonato de la Liga Nacional el jueves, 16 de octubre de 2014, en San Francisco. (AP Photo/St. Louis Post-Dispatch, Chris Lee)

Por ERIC NÚÑEZ
Agencia AP

Sabean también sintetizó cuán impredecible será el Clásico de Otoño, que disputarán desde el martes contra los Reales de Kansas City, los entonados campeones de la Liga Americana que no conocen la derrota en los ocho juegos de postemporada que han disputado este año.

«Son un equipo (con estilo) de la Liga Nacional que juega en la Liga Americana», resaltó Sabean. «De repente, tiene una clase de ataque que no habían tenido durante casi todo el año… Las palabras sobran sobre su pitcheo. Pueden hacer que un juego sea uno de seis innings. Pueden marcar la diferencia en el juego con su defensa y velocidad en las bases».

Ned Yost, el piloto de los Reales, ve en San Francisco rasgos similares a los de su equipo que será anfitrión de los primeros dos partidos.

«Son muy similares a nosotros. Un equipo que raspa la olla para ganar sus juegos», comentó Yost. «Tienen un pitcheo fenomenal, su bullpen es dinámico, su defensa es sólida. Vamos a tener una tremenda serie».

En una tensa postemporada en la que 14 de los 25 juegos se han definido por el margen mínimo, seis se fueron a extra innings y con desenlaces cargados de dramatismo, este Clásico de Otoño se presenta como un duelo impredecible entre dos equipos enrachados que entraron a los playoffs mediante boletos de comodín.

Ninguno alcanzó la cifra de 90 victorias durante la temporada regular, los Reales con 89 y los Gigantes con 88. Habría que remontarse a la Serie Mundial de 1973 entre los Atléticos (94) y los Mets (82) para encontrar el acumulado de triunfos más bajo en una campaña completa en la historia.

También se trata de apenas la segunda vez en la historia de la Serie Mundial que dos wildcards se topan por el campeonato. La previa fue en 2002 y contó con la participación de los Gigantes, que sucumbieron en siete partidos ante los Angelinos.

Haberse clasificado como comodines resultó ser una bendición para ambos.

«Quizás hay algo que incide por disputar ese juego de wildcards», señaló el mánager de los Gigantes Bruce Bochy. «No sacas el pie del acelerador y no bajas tu guardia. No hay descanso. Así que eso puede influir. Pero si me ponen a escoger, yo prefiero tener la clasificación de antemano para tenerlo todo en orden».

Mientras que Pablo Sandoval, Buster Posey, Madison Bumgarner y Bochy van por otro anillo con San Francisco, los Reales se presentan en esta instancia por primera vez desde que se consagraron en 1985. Entonces, el equipo liderado por George Brett y Bret Saberhagen vino de atrás para ganar los últimos tres juegos contra San Luis.

No hay mucha historia entre ambos. Los Reales no visitan San Francisco desde 2005, cuando Barry Bonds era la figura del equipo californiano.

Pero se midieron en el estadio Kauffman de Kansas City entre el 8 y 10 de agosto, en una serie que los Reales ganaron por barrida frente a los abridores Bumgarner, Tim Hudson y Tim Lincecum. James Shields, el as en la rotación de los Reales, lanzó una blanqueda en el segundo partido. Además, los Reales se robaron siete ases en un juego, su jardinero Nori Aoki sacó out a dos corredores en una inning y Alex Gordon sacudió dos jonrones en la serie.

«Eso ya no cuenta, ni significa nada», advirtió Salvador Pérez, el receptor venezolano de los Reales. «Ahora es que no toca una serie enorme».

A esa altura de agosto, los Gigantes estaban de capa caída, en medio de un lapso en el que perdieron 13 de 18 juegos. Lograron colarse en la postemporada, pese a perder por lesiones a tres pilares: el as Matt Cain, el jardinero central y primer bate Ángel Pagán y el segunda base Marco Scutaro.

La serie se trasladará al AT&T Park de San Francisco, y por ende no se podrá utilizar el bateador designado en el estadio de la Liga Nacional. Esto significa que Billy Butler deberá ser sacado de la alineación, privándoles de un derecho en medio de los zurdos Eric Hosmer y Gordon.

Pero Yost cuenta con experiencia en la Nacional, ya que primero fue coach con los Bravos y luego mánager de los Cerveceros.

«Es un estilo entretenido. Nunca me ha tocado dirigir con dos estilos en una serie», reconoció Yost, quien creció cerca de San Francisco y fue fanático de los Gigantes. «Hay muchos elementos involucrados en la Nacional».

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