Por Barry Whelan y Britta Körber
Gleneagles / Agenci dpa

Los norirlandeses Rory McIlroy y Graeme McDowell, el alemán Martin Kaymer y el galés Jamie Donaldson obtuvieron los triunfos del día para los europeos, que se impusieron con un marcador final de 16,5-11,5.

Donaldson, debutante en la competencia, fue el encargado de lograr el punto que certificó el triunfo de los europeos sobre Estados Unidos, un equipo que sólo ganó una vez el prestigioso torneo en el siglo XXI y que desde hace 21 años que no vence fuera de casa.

_Depo8_1aEuropa acumula ocho victorias en las últimas diez ediciones y sigue recortando distancias en el historial, en el que suma ahora 13 triunfos en 40 ediciones.

«No puedo ponerle palabras a esto. Es increíble», celebró Donaldson tras su victoria sobre el estadounidense Keegan Bradley, que dejó a Europa con una inalcanzable ventaja parcial de 14,5-9,5.

«Sabía que todo se estaba poniendo estrecho sobre el final, pero intenté no mirar mucho el marcador y concentrarme en mi partido. Y eso es lo que hice», explicó el galés de 38 años.

Capitaneada por Paul McGinley, Europa llegó a la última jornada con un cómodo 10-6 a favor y necesitaba cuatro puntos de los doce partidos de singles programados para el domingo.

Pero el último precedente obligaba a los del Viejo Continente a no relajarse. En 2012, el equipo europeo remontó en los singles del domingo un resultado adverso de 10-6, lo que se conoció como el «Milagro de Medinah».

Esta vez no hubo milagro en Gleneagles, donde McIlroy, el número uno del mundo, puso hoy el 11-6 en el primer partido del día ante Rickie Fowler, acercando todavía más el título a las vitrinas europeas.

«Hoy creo que estuve mejor que los dos primeros días», dijo McIlroy, que comenzó el domingo con cinco birdies y un eagle en los seis primeros hoyos. «Estaba tan bien que no había otra opción que no fuera la victoria».

«Jugué el mejor golf de la semana. Empecé con seis de ventaja en los seis primeros hoyos. Eso me dio una cómoda ventaja que pude administrar».

McDowell, también norirlandés, remontó después al rookie estadounidense Jordan Spieth y no necesitó ni llegar al decimoctavo hoyo. Kaymer derrotó al estadounidense Bubba Watson, mientras que el visitante Patrick Reed descontó al imponerse al sueco Henrik Stenson.

El escocés Stephen Gallacher cayó ante Phil Mickelson y el danés Thomas Björn perdió ante Matt Kuchar, lo que puso más emoción a la serie. Pero el inglés Justin Rose empató después su partido con Hunter Mahan, dejando a Europa con 13,5 puntos, a medio de certificar una victoria que parecía ya insalvable para los estadounidenses.

Fue Donaldson el que dio el punto definitivo a los locales para el delirio de las gradas al vencer en su partido individual a Bradley.

Con el duelo ya definido, el español Sergio García añadió un nuevo punto para Europa al vencer a Jim Furyk por un hoyo.

El inglés Ian Poulter igualó con Webb Simpson y luego Estados Unidos descontó con el triunfo de Jimmy Walker sobre el inglés Lee Westwood. En el restante choque, el francés Victor Dubuisson y Zach Johnson se repartieron los puntos.

McGinley, el capitán europeo, destacó el trabajo de su equipo y anunció sus intenciones de seguir en el cargo. «Ha sido un verdadero honor tener a estos 12 jugadores, todos han estado colosales. Fue un gran esfuerzo en equipo, así que me gustaría continuar como capitán», afirmó.

La próxima edición de la tradicional competencia se disputará en dos años en el Hazeltine National Golfclub de Minnesota, donde Estados Unidos irá en busca de la revancha.

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