Por JORGE SAINZ,
MADRID
Agencia AP

«Nuestra realidad es diferente a la que era», dijo.

La derrota de ayer por 85-65 frente a Brasil dejó a Argentina fuera de los cuartos de final de un mundial de básquetbol por primera vez desde Indianápolis 2002, el torneo que vio nacer la llamada «generación Dorada».

«Nuestra realidad es ésta», dijo Prigioni. «No pudimos competirle a un gran rival como Brasil. Aguantamos solo medio tiempo, no tuvimos la profundidad, el potencial necesario para competir con ellos».

Argentina firmó un torneo muy irregular en España. Sumó tres victorias y dos derrotas en la fase de grupos. El cruce de octavos le enfrentó a Brasil, en el clásico sudamericano por excelencia. La selección argentina había derrotado a la brasileña en esta misma ronda hace cuatro años en Turquía. También eliminó a su rival en los Juegos de Londres 2012.

Pero en esta ocasión, el triunfo quedó muy lejos.

«En el equipo están dejando de jugar año tras año algunos de los jugadores que ayudaron a escribir las páginas más gloriosas de nuestra selección», explicó el técnico Julio Lamas. «Año tras año se están integrando nuevos jugadores al equipo, a los cuales hay que recibirlos con respeto y con cariño».

«Estoy satisfecho con el desempeño de los jugadores y con el trabajo que realizamos, también el de los más jóvenes. Varios hicieron un aporte importante un año atrás consiguiendo la clasificación y ahora en este torneo compitiendo un poco por debajo de los mejores equipos del mundo», añadió.

Pero el pasado reciente del básquetbol argentino es una historia de éxito, siempre en primera línea. Argentina fue subcampeona del mundo en 2002 tras caer contra Yugoslavia. Conquistó el oro olímpico en Atenas 2004, fue eliminada por España en semifinales del mundial de Japón 2006 y volvió a subirse al podio en Beijing 2008.

El paso del tiempo y los compromisos con equipos de la NBA hicieron cada vez más difícil volver a reunir a los mejores jugadores en los grandes torneos. Argentina lo empezó a notar. En el mundial de Turquía hace cuatro años quedó fuera de la lucha por las medallas, mientras que en Londres 2012 clasificó en una amarga cuarta posición.

En el mundial de España, Argentina se quedó sin Carlos Delfino, lesionado, y su gran estrella Manu Ginóbili, al que la franquicia de los Spurs de San Antonio le prohibió jugar. Con Luis Scola, Prigioni y otros veteranos como Andrés Nocioni o Leonardo Gutiérrez, Argentina probó el sabor de la derrota demasiado pronto y quedó lejos de los ocho mejores por primera vez en mucho tiempo.

Una digestión difícil. Scola, sin embargo, rehusó hablar del final de una generación, porque en su opinión nunca existió tal generación propiamente dicha.

«Cambiamos jugadores cada año y seguirá siendo así hasta que el último jugador que estuvo en la final de Atenas 2004 ya no esté», afirmó Scola. «No hay un grupo que disolver, porque ese equipo (Atenas, Indianápolis) ya es historia vieja».

«En el futuro vendrán nuevos jugadores, otros se irán y seguiremos peleando, entrenando y jugando bien», agregó.

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