Por Elmar Dreher
Spa-Francorchamps (Bélgica),
Agencia dpa

Después de la colisión en Spa-Francorchamps, la relación entre los dos candidatos al título ha llegado al punto más bajo, lo cual hace temer que sea ya irreparable.

Asimismo es dudoso que los responsables de Mercedes puedan poner paz en la guerra de sus pilotos, pues ambos son enconados enemigos. El británico acusa a su adversario alemán de mala intención, mientras que Rosberg habla de un «accidente de carrera normal».

El jefe deportivo de Mercedes, Toto Wolff, está enojado y anunció «consecuencias»: «Se infringieron las reglas acordadas». En el Gran Premio de Bélgica se «sobrepasaron límites», dijo.

En lugar del festivo banquete preparado para la doble victoria que se esperaba, hubo una «reunión cumbre» después del incidente que forzó el abandono de Hamilton.

Wolff, el jefe del consejo de vigilancia del equipo, Niki Lauda, el director técnico Paddy Lowe y los dos «gallos de pelea» debatieron la cuestión durante 38 minutos al término de la décimosegunda carrera del Mundial del Fórmula 1.

Wolff anunció que «en los próximos días hablará con los pilotos», sobre lo ocurrido y sobre su comportamiento en las siete carreras que restan.

«Hemos de sacar consecuencias para que no vuelva a suceder algo semejante», amenazó con mano dura el austriaco, dado que tanto Rosberg como Hamilton son reincidentes.

Insinuó asimismo que se podría establecer una jerarquía de equipo, lo que Lauda rechaza por lo menos en los actuales momentos. La cuestión se decidirá en la próxima «reunión cumbre». «Debemos asegurar que no vuelva a ocurrir algo así».

Rosberg (220 puntos) encabeza aún la clasificación general del Mundial con unos cómodos 64 puntos de ventaja sobre el tercer clasificado, el australiano Daniel Ricciardo (156). Pero si Mercedes no logra imponer raciocinio a los dos «gallos de pelea» la ventaja podría esfumarse con rapidez. «Si no lo arreglamos ahora, la cosa podría terminar mal», pronosticó Wolff.

La furiosa reacción de Hamilton a su forzoso abandono en Spa, muestra que será difícil llegar a un «armisticio» entre ambos. El campeón mundial de 2008 acusó a Rosberg ante los medios de comunicación británicos de haber actuado con premeditación.

Rosberg es el único culpable, se quejó. Además, Hamilton sospecha que se trató de una represalia por su negativa en Hungría de dejarse adelantar por el alemán.

Rosberg, por su parte, ve la cuestión de modo muy diferente. «La maniobra, a mi juicio, no era arriesgada». Como testigos objetivos aludió a los cuatro comisarios de carrera. «Ellos lo consideraron un accidente de carrera normal. Y lo mismo opino yo».

El alemán, criticado duramente por Wolff y Lauda, negó rotundamente que se tratase de un desquite. «No, el incidente de Hungría no tiene relevancia alguna para la maniobra de Bélgica».

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