Por Alberto Bravo
Madrid,
Agencia dpa
La Liga española comenzará mañana con dos nuevas estrellas añadidas a su extenso firmamento. Máxima presión para dos jugadores que inician una nueva etapa en su carrera, la más exigente sin duda.
El Barcelona pagó 80 millones de euros (más de 106 millones de dólares) por Suárez y el Real Madrid se acercó a esa monumental cifra con la contratación de James Rodríguez. Fueron dos futbolistas de amplia notoriedad en el Mundial, aunque por diferentes razones. Si el primero llamó la atención por cuestiones extradeportivas, el segundo lo hizo por su brillo en el campo.
El Mundial de Brasil pasará a la historia, entre otras cosas, por el famoso mordisco de Suárez al italiano Giorgio Chiellini, una acción que tendrá al uruguayo sin debutar en la Liga española hasta el 25 de octubre. Y precisamente podría hacerlo ante el Real Madrid.
La carrera de Suárez estuvo marcada tanto por los goles como por la polémica. Llegó al Barcelona tras una espectacular temporada en el Liverpool, en la que marcó 31 goles, pero también después de una trayectoria llena de mordiscos. En su carrera, dio tres bocados a otros tantos rivales.
Ahora asegura que no volverá a hacerlo después de ser tratado «con profesionales», según él mismo confesó esta semana.
Y es consciente de cuántos ojos le estarán observando: «Estar en el Barcelona, sea quien sea, te van a ver más con lupa. A mí tal vez me verán más con lupa, acepto cualquier cosa, estoy preparado».
Más allá de cuestiones extradeportivas, el Barcelona fichó a un competidor implacable, un delantero completísimo y con hambre de títulos. La cuestión es ver cómo canalizará esa rabia y si mezclará bien con las otras dos estrellas en la delantera: Neymar y, sobre todo, Lionel Messi.
Durante los últimos años, el Barcelona no encontró al delantero que fuera capaz de empatizar con el argentino, tanto dentro como fuera del campo. Sucesivamente, fueron saliendo del equipo futbolistas como Samuel Eto’o, Zlatan Ibrahimovic o David Villa. Será un gran reto para el uruguayo.
Diferente es el caso de James Rodríguez, quien también será muy observado, aunque por otros motivos. Su espectacular Mundial lo elevó a la elite mundial, pero la realidad es que en mayo era un futbolista del que apenas se hablaba en España.
La primera incógnita es ver en qué puesto jugará dentro de un Real Madrid que tiene consolidado un «tridente» atacante tan monumental como el compuesto por Cristiano Ronaldo, Gareth Bale y Karim Benzema.
La posición en la que jugó en Colombia y el Mónaco, por detrás de un punta, no existe en el actual Real Madrid, por lo que quizá tenga que acostumbrarse al «oficio» de armador.
Por otra parte, está por ver si puede aprender a jugar de centrocampista, un puesto que exige buena lectura del juego, sacrificio defensivo y visión periférica de todo el campo.
Ancelotti confía en él: «Puede jugar en cualquier posición de ataque, no creo que vaya a tener problemas cuando se acostumbre a jugar más atrás».
Pero más atrás la competencia también es enorme con Toni Kroos, Luka Modric o Isco. Y podría añadirse el argentino Angel Di María si éste no encuentra la salida que está buscando.
En vísperas del comienzo de la Liga española, la realidad es curiosa: es muy probable que ninguno de los dos fichajes más caros de esta temporada comience como titular.
