Con camisolas, pantalonetas y zapatos deportivos, un grupo de migrantes guatemaltecos originarios de diferentes departamentos y residentes en Nueva York, iniciaron este domingo 20 de junio el campeonato de verano en el que por varias semanas competirán para hacerse acreedores del máximo trofeo. Una actividad que más allá de lo deportivo, representa un espacio de convivencia para los migrantes.
Desde Calvert Vaux Park Brooklyn, La Hora, conversó con los impulsores de la Copa Independencia GTNY, Santos García, Juan García y Nicolás Chamorro de Totonicapán, quienes destacaron que esperan que más chapines y migrantes de otras nacionalidades se inscriban al torneo, que afirman les permite distraerse y alejarse por un momento de las largas jornadas laborales que muchos de ellos afrontan.
¡Corre, corre!, ¡pásame la bola! ¡aquí, aquí!, gritan los jugadores de los equipos que inauguraron la serie de partidos en una soleada mañana de domingo.
Los connacionales impulsan este evento en la bulliciosa ciudad de Nueva York, hogar desde hace décadas de miles de ellos, un lugar que se ha convertido en un espacio de oportunidades con las cuales apoyan a sus familias en Guatemala.
UN AMBIENTE DE MUCHA ALGARABÍA
Algunos toman agua por momentos, otros simplemente bromean de las jugadas recién realizadas en un pequeño espacio de descanso, mientras en el fondo de la cancha en una carpa los encargados del campeonato se preparaban para recibir más visitantes.
La bandera guatemalteca no falta, ondea y al fondo se escucha música, risas y saludos entre quienes asisten a la mañana deportiva, algunos con sus familias y otros solos.
A un lado también hay otra pequeña carpa, en ella los guatemaltecos y también migrantes de otras nacionalidades encuentran granizadas, tal cual como las que hay en Guatemala, de vainilla o fresa; la elección es del cliente y el negocio lo atiende María Chamorro con sus familiares.
El deporte, para muchos de ellos, se convierte en una esperanza de obtener un reconocimiento o una forma de alejarse de la realidad, pues muchos durante la semana trabajan en diferentes áreas en jornadas extenuantes.
APROVECHARON PARA FESTEJAR EL DÍA DEL PADRE
Santos García, originario de Totonicapán, explicó que, para realizar los partidos solicitaron una autorización especial, la cual lograron con el apoyo del líder guatemalteco Juan Carlos Pocasangre.
“Esta es la primera vez que organizamos esta liga, se llama Liga Independencia, aquí estamos mezclados no importa de dónde sea el jugador que venga, la mayoría son de Guatemala, pero hay hondureños. Solo el 15 de septiembre sí tienen que ser puros guatemaltecos”, mencionó.
Con una sonrisa, Santos resalta que la idea es demostrar que tendrán los brazos abiertos para cualquier jugador, sin importar de dónde sea.
Para inscribir a los equipos, pueden llegar al lugar y únicamente deben cumplir con un requisito, tener como mínimo 12 integrantes.
El 20 de junio, los guatemaltecos también se preparaban para festejar el Día del Padre, hubo marimba y una radio amenizó el momento.
“Son 40 minutos por partido… para inscribirse tienen que ser 12 jugadores, viene a la mesa con el nombre del equipo y ahí se anotan”, afirmó.
Santos relató que ahora todos estarán acumulando puntos en la liguilla y luego los equipos verán los resultados en unos meses, “empezamos tarde porque el permiso se lleva su tiempo, pero lo logramos con apoyo”.
Mientras Juan García destacó que tiene varios años de jugar fútbol, una tradición que llevaron desde Guatemala, ahora con la liga buscan que más personas puedan compartir la pasión del deporte, además, promover la unidad de la comunidad migrante.
SE DISTRAEN
Nicolás Chamorro, otro de los impulsores, mencionó que tiene varios años viviendo en Estados Unidos y se motivaron a empezar con la copa para conmemorar las fiestas de independencia, que este año realizarán el 11 de septiembre, con la presentación de un grupo en vivo.
“Esta es una liga pequeña, entonces a ver cómo nos va, pero de verdad agradecemos el apoyo de nuestra gente de los que nos ayudan y colaboran porque no es fácil”, afirmó Nicolás.
En Guatemala la mayoría de ellos tenían la tradición de jugar los domingos, así que ahora tratan de replicar en el país que tienen como segundo hogar.
“Aquí viene equipo de todo, ecuatoriano, salvadoreño, vienen de dónde sea y somos una familia que juega”, contó.
A pesar de trabajar en largas jornadas, se sienten felices de que todos puedan reunirse para un momento de distracción, en el que pueden distraerse del trabajo, “hay muchos niños y muchachos que caen en vicios, pero aquí vienen a disfrutar y se olvidan de malos pensamientos”.
