El esloveno Tadej Pogacar ha puesto fin a la temporada con su incontestable triunfo en el Giro de Lombardía, que ha colmado un palmarés que acelera su camino hacia la cima del ciclismo y alimenta el debate de si llegará a convertirse en el mejor corredor de la historia.
Con 26 años cumplidos el pasado 21 de septiembre, Pogacar ha cerrado un año en el que se han multiplicado las comparaciones con la gran leyenda del ciclismo, el belga Eddy Merckx, al reeditar su hazaña de conquistar en un mismo año el Tour de Francia, el Giro de Italia y el mundial en ruta, además de dinamitar varios récords gracias a sus 25 victorias en la temporada.
A los triunfos del líder del UAE ha añadido la manera en que los ha cosechado, con exhibiciones como la que dio en Zúrich (Suiza), donde se vistió el maillot arcoiris tras una escapada de cien kilómetros.
La superioridad demostrada barrunta que su techo está aún lejano, aunque el corredor nacido en Klanec evita desatar las expectativas.
“Ya veremos”, se limitó a señalar ayer, sábado, al ser preguntado, tras su recital en Lombardía, si va camino de hacer historia, aunque ya en marzo, antes de protagonizar las gestas de esta temporada, ya avanzó en L’Equipe que su meta era “ser el mejor de la historia”.
En la vitrina de Pogacar lucen tres Tour de Francia (2020, 2021, 2024), un Giro (2024), el mundial de fondo en carretera, siete monumentos y un bronce olímpico en Tokio en 2021, entre otros títulos.
A ello une su precocidad, al haber sido, con 25 años, el corredor más joven en ganar en tres ocasiones la Grande Boucle, uno más que los que tenían Merckx y Bernard Hinault, los únicos que pueden presumir de haber ganado cinco Tour junto con Miguel Indurain y Jacques Anquetil.
El esloveno también se ha unido al selecto club de quienes han hecho doblete en Tour y Giro en un mismo año, integrado solo por ocho corredores, entre ellos, los cuatro más laureados en Francia.
Con Merckx, todavía le separan varias marcas que hacen de El Caníbal el gran icono de las dos ruedas, con cinco Giros, una Vuelta a España, tres mundiales en ruta y 19 monumentos, además de 276 victorias en el total de pruebas -Pogacar acumula 89- en la década de los 60 y los 70.
“Era increíble como ganaba las carreras. Siendo realistas, ningún corredor profesional, incluido yo, puede lograr tales resultados en el ciclismo moderno. Es algo que no se puede imaginar en esta época conseguir, así que no creo que sea posible lo mismo de lo que él hizo. El ciclismo de ahora es diferente”, confesó el esloveno en septiembre.
Merckx es el primero que ha mostrado su admiración por el potencial de Pogacar a la vista de sus aplastantes victorias, aunque cree que “le queda mucho para ser mejor” que él, al menos, en cuanto a grandes rondas se refiere.
Una de las señas de identidad del actual maillot arcoiris es su ambición a la hora de ganar tanto las carreras de tres semanas como las clásicas. «Hablamos de generaciones diferentes, pero me gusta su carácter y su temperamento, es un corredor nato. En cada carrera, quiere ganar (…) Me gusta su actitud. Es como Merckx y yo», elogió Hinault en el pasado Giro.
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La incógnita es si tal esfuerzo le pasará factura en el futuro, aunque por ahora el esloveno no da señales de que quiera dosificar su afán de sumar títulos.
Una de las asignaturas pendientes para seguir agigantado su condición de mito sería ganar la Vuelta, algo que solo han protagonizado siete ciclistas, entre ellos, Merckx, aunque nunca en una misma temporada.
Solo ha participado en la ronda española en 2019, cuando quedó tercero, en una edición que ganó su compatriota Primoz Roglic tras un duelo memorable.
Aún no ha desvelado sus planes para la próxima sesión, en la que cumplirá su séptimo año enrolado en el equipo emiratí, con el que tiene contrato hasta 2027