El vínculo de Kylian Mbappé con el Paris Saint-Germain comenzó con mucha fanfarria pero está por acabar cargado de tensión y sin el ansiado trofeo de la Liga de Campeones que tanto anhelan.
Mbappé era un adolescente fuera de serie cuando en 2017 llegó al club de la capital francesa procedente del Mónaco, con un desembolso de 180 millones de euros (194 millones de dólares). El domingo, el astro de 25 años disputó su último partido en casa con el PSG y anotó en la derrota 3-1 ante Tolosa.
Fue abucheado desde varios sectores de la grada en el Parque de los Príncipes cuando se anunció su nombre, dos días después de confirmar su salida. Pero el campeón mundial con Francia en 2018 recibió los vítores por otros grupos de hinchas del PSG.
Mientras el mundo del fútbol comentaba sobre su inminente adiós el viernes, los campeones de la liga francesa optaron por el silencio.
El anuncio nocturno de Mbappé tal vez tomó por sorpresa al PSG, ya que fue un video divulgado en las redes sociales, y no mediante el departamento de comunicaciones del club.
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Entre la noche del viernes y el inicio del partido del domingo, el PSG colgó 20 publicaciones en su cuenta de X, la ex Twitter. Se detalló sobre los planes de la próxima temporada, algo sobre un servicio de apuestas, un video del equipo femenino clasificándose a la final de la Copa de Francia y los horarios del duelo en diversas partes del mundo. Pero nada sobre Mbappé.
El club no rindió ningún acto de homenaje a Mbappé el domingo, si bien no era el último partido de la campaña.
Los hinchas más radicales del PSG — el grupo denominado Paris Ultras Collective — se encargaron de brindarle un homenaje al desplegar una pancarta y un gigantesco tifo con su imagen.
El quiebre entre los dueños de Qatar y el goleador histórico — autor de 256 tantos — es profundo.
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