La tenista australiana Ash Barty saluda mientras posa con el trofeo Daphne Akhurst de campeona del Abierto de Australia, tras derrotar a la estadounidense Danielle Collins. Foto La Hora/Andy Brownbill/AP

Ash Barty remontó un 5-1 en contra en el segundo set para ganar la final del Abierto de Australia a la estadounidense Danielle Collins por 6-3, 7-6 (2) y acabó con una sequía de 44 años de las tenistas locales en su torneo del Grand Slam.

Barty fue la primera australiana en llegar a la final individual de Melbourne Park desde Wendy Turnbull en 1980, y es la primera en coronarse desde Chris O’Neil en 1978.

Con este en pista dura, la número uno del mundo, de 25 años, ha ganado majors en las tres superficies, tras su triunfo sobre la hierba de Wimbledon el año pasado y en el polvo de arcilla de Roland Garros en 2019.

«Para mí, esto es un sueño hecho realidad», dijo Barty. «Estoy muy orgullosa de ser australiana».

UNA NUEVA GENERACIÓN

Evonne Goolagong Cawley, una leyenda del tenis con siete títulos del Grand Slam y pionera entre los deportistas indígenas australianos, fue la invitada sorpresa de la ceremonia de premiación de Barty, que forma parte de una nueva generación de estrellas indígenas.

O’Neil también participó llevando el trofeo al estadio en la ceremonia previa.

«Soy una chica increíblemente afortunada por tener tanto amor de mi lado», afirmó Barty, quien dio las gracias a su entrenador y a su equipo, a su familia, a los organizadores y al público.

 

JUEGO IMPECABLE

Barty no había perdido ningún set en todo el torneo y solo cedió una vez su saque en seis partidos, frente a la estadounidense Amanda Anisimova en cuarta ronda.

Collins, de 28 años, fue la cuarta estadounidense que se enfrentaba a la estrella local en cuatro rondas consecutivas. Barty eliminó a Anisimova, Jessica Pegula y a la subcampeona del Abierto de Estados Unidos en 2017, Madison Keys, en sets corridos.

Barty se adjudicó el primer set tras salvar un punto de break en el quinto juego y romper el saque de Collins en el siguiente.

Lejos de darse por vencida, Collins respondió de inmediato con su juego de alta intensidad y quebró el servicio de Barty en el segundo y sexto games para armar una ventaja de 5-1.

SOBRE LA FINAL

La estadounidense sacó dos veces para llevarse el set y estuvo a punto de igualar el partido en dos ocasiones y forzar el que habría sido el set decisivo en su primera final de un major.

Pero Barty inició entonces su remontada alentada por la energía de una cancha Rod Laver Arena casi llena a pesar de las restricciones de aforo por la pandemia del coronavirus.

Se llevó cinco de los siguientes seis games y llevó el duelo al tie break, donde mostró su dominio poniéndose rápidamente 4-0 arriba.

«Como australiana, la parte más importante de este torneo es poder compartirlo con tanta gente», dijo Barty. «Este público es uno de los más divertidos ante los que he jugado. Me ha relajado y me ha obligado a jugar mi mejor tenis».

 

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