No hace mucho tiempo atrás, los hinchas de Argentina eran reticentes al brindarle cariño a Lionel Messi. Se le admiraba por todos sus Balones de Oro y demás conquistas con el Barcelona, pero sin acercarse a la idolatría por Diego Maradona.
En cambio, los torcedores en Brasil se sentían identificados con su astro. Neymar era el alma de la selección nacional por su estilo irreverente y ambición goleadora, sumándose a una larga lista de cracks brasileños.
Pero los papeles se han invertido.
Argentina vive un idilio con Messi desde que la Albiceleste se coronó campeona de la Copa América, el primer título del delantero con el seleccionado tras un largo historial de decepciones. Ganarle 1-0 a Brasil en al final de julio puso fin a una sequía de 28 años sin grandes títulos internacionales para los argentinos. Contemplaron cómo su astro lagrimeaba tras alzar el trofeo — una reacción que pocas veces se le había visto.
Y las actuaciones de Messi en las eliminatorias de la Copa Mundial han acentuado el afecto de los hinchas. Ha anotado seis goles en 10 partidos y Argentina marcha a paso redoblado por la clasificación a Catar 2022 tras pasar apuros en previos procesos.
La noche del domingo, cuando Argentina dio cuenta 3-0 de Uruguay en el estadio Monumental de Buenos Aires, los hinchas celebraron el gol de Messi de la misma forma que en el Barcelona se coreaba su nombre y le hacían reverencia.
Messi no pudo ocultar su emoción tras el partido.
Previo a la conquista de la Copa América, Messi era criticado y señalado por los fracasos argentinos, en particular las derrotas en las finales del Mundial de 2014 contra Alemania y las dos definiciones de la Copa América ante Chile en 2015 y 2016.
Neymar, su nuevo compañero en el Paris Saint-Germain, está acostumbrado de escuchar los cánticos con su nombre en los estadios de Brasil. Pero no tanto en tiempos recientes.
El domingo, el invicto Brasil no pasó del empate 0-0 contra Colombia en Barranquilla y cedió sus primeros puntos en estas eliminatorias.
Brasil lidera la tabla de posiciones de Sudamérica, con un pie puesto en Catar. Pero Neymar fue criticado por uno de sus peores partidos con la selección que se tenga memoria, acumulando la friolera de 17 malos pases. Medios brasileños clamaron para que se le dé descanso.
Pero el técnico brasileño Tite defendió a su talismán al comentar que siempre se le exige demasiado a su astro, que también ha tenido un inicio disparejo de temporada con el PSG.
Su estatus en Brasil ha sido cuestionado.
La prensa brasileña le reprochó de no estar en buenas condiciones físicas tras la victoria 1-0 ante Chile el 3 de septiembre. Neymar respondió paseándose sin camiseta durante un entrenamiento para mostrar que no estaba gordo.
Después de la victoria 2-0 ante Perú el 10 de septiembre, el atacante se quejó: «Ya no sé qué más necesito hacer con esta camiseta para que la gente respete a Neymar».
También encontró un momento poco propicio para expresar su intención de querer eclipsar el récord de 77 goles de Pelé con la selección. O Rei estaba hospitalizado tras una cirugía para removerle un tumor en el colon derecho. Ante las críticas, Neymar respondió a la actriz brasileña Patricia Pillar en las redes sociales: «Ah bueno, ahora tendré que parar de anotar goles». La réplica desató más críticas.
Neymar ha marcado 69 goles con la Verdeamerela — seis en estas eliminatorias, la misma cantidad de Messi — y podrá aumentar esa cifra el jueves contra Uruguay en Manaos.
Pero los reproches de los aficionados han hecho que Neymar reconsidere su futuro con la selección, recibiendo otra ráfaga de cuestionamientos por su actitud.
Neymar tendrá apenas 30 años durante el próximo Mundial (Messi llegará con 35). Sus previos dos mundiales fueron para el olvido. En 2014, sufrió una lesión en la espalda en los cuartos de final ante Colombia y no pudo jugar en la humillante derrota 7-1 contra Alemania en la semifinal. Y en 2018 pasó inadvertido al caer ante Bélgica en los cuartos de final.