El cotejo entre Marsella y Galatasaray, de la Liga Europa, fue interrumpido ayer unos 10 minutos cuando fanáticos rivales se agredieron unos a otros con bengalas y petardos en el estadio Velodrome.
El encuentro se reanudó y finalizó 0-0, pero algunos grupos de hinchas rivales siguieron riñendo en el interior del inmueble, más de 30 minutos después del silbatazo final.
A pesar de que la seguridad fue reforzada y se dispuso separar a unos 2,500 aficionados visitantes de los seguidores de Marsella, los bandos se lanzaron objetos cerca del final del primer tiempo.
El árbitro polaco Pawe? Raczkowski paró el encuentro y algunos policías intervinieron para restablecer el orden.
El entrenador del Galatasaray, Fatih Terim, se dirigió hacia el sector donde se encontraban los fanáticos del club turco para pedirles que se calmaran y el capitán de Marsella, Dimitri Payet, hizo lo mismo.
El partido se reanudó cuando restaban ocho minutos a la primera mitad, aunque todavía se escuchaba el tronido de algunos petardos.
Empleados de seguridad y algunos fanáticos de Marsella protagonizaron forcejeos al inicio del segundo tiempo.
Momentos antes del pitazo final, el delantero Mbaye Diagne, del Galatasaray, y el defensa William Saliba, del Marsella, se sujetaron y forcejearon cerca de una línea de banda.
Los seguidores de Marsella escenificaron recientes hechos de violencia durante la visita del equipo al Angers en un partido de la liga francesa.
También sucedieron desórdenes graves durante el cotejo entre Niza y Marsella del mes pasado. El encuentro fue suspendido y se reanudará el próximo mes.
En otro partido este mes, fanáticos rivales arrancaron asientos y se los arrojaron unos a otros durante el medio tiempo del clásico del norte entre Lens y Lille.
Los ultras turcos a menudo viajan en grandes grupos. Se suscitaron riñas antes del encuentro entre París Saint-Germain y Galatasaray hace dos temporadas, y cuando Lyon recibió a Besiktas hace cuatro años.