Harry Maguire no necesita que le recuerden lo miserable que un aficionado de Inglaterra se puede sentir.
Cuando el equipo perdió ante Islandia en el pasado Campeonato Europeo, Maguire estaba en las gradas en Niza observando uno de los momentos más bajos en la historia deportiva del país.
Ahora los hinchas están mirando a Maguire.
El central del Manchester United es parte de la nueva generación de jugadores que fueron convocados para la selección nacional para restaurar la reputación del fútbol inglés tras el desastre de 2016.
Maguire estuvo presente en Rusia cuando el equipo alcanzó las semifinales de la Copa del Mundo en 2018 y anotó en el triunfo por 4-0 ante Ucrania el sábado, que montó un encuentro de semifinales ante Dinamarca en la Euro 2020 programado para mañana.
Maguire era un pequeño cuando los equipos de Sven-Goran Eriksson, que contaron con David Beckham, se consideraban insuficientes por haber llegado sólo a los cuartos de final en los Mundiales de 2002 y 2006, y en la Eurocopa de 2004.
Pero después, los ingleses ni siquiera pudieron calificar a la Euro 2008 bajo el mando de Steve McClaren.
A pesar de que no ganaron ningún encuentro de la fase de grupos en la Copa del Mundo de 2014, Roy Hodgson se mantuvo a cargo. Pero después de la vergonzosa derrota ante Islandia en el 2016 Hodgson dejó el puesto.
El caos fue aún mayor cuando Sam Allardyce estuvo a cargo apenas 67 días tras verse involucrado en una investigación periodística. Posiblemente fue el mejor contratiempo, ya que se logró convencer a Gareth Southgate de que aceptara el ascenso de la selección sub-21 de Inglaterra, algo para lo que se había mostrado reacio a aceptar.
Desde entonces, Southgate ha cambiado la mentalidad de Inglaterra y ha reconectado con la afición.
Ahora, Inglaterra espera que este torneo no termine hasta la final del domingo, y con un primer título de la Eurocopa.