El guardameta Agustín Rossi, del Boca Juniors, ataja un penal en el duelo ante el River Plate en la Bombonera, en Buenos Aires, Argentina. Foto La Hora: Marcelo Endelli/Pool vía AP)

Rompió el «maleficio».

Con el arquero Agustín Rossi como héroe, Boca Juniors superó 4-2 en definición por penales a un River Plate diezmado por el COVID-19 tras igualar 1-1 con su clásico rival en La Bombonera ayer y avanzó a semifinales de la Copa de la Liga Profesional del fútbol argentino, instancia en la que se medirá con Racing Club.



La victoria xeneize tuvo el valor añadido de cortar una racha de cinco derrotas consecutivas en definiciones mano a mano con el eterno rival.

«Nos sacamos una espina», reconoció Carlos Tevez.

En un superclásico signado por el brote de COVID-19 que dejó 15 bajas en el plantel de River –entre ellas, las de seis habituales titulares-, Tevez abrió el marcador con un polémico gol a los 11 minutos, mientras que Julián Álvarez igualó para la visita de cabeza, a los 68.

En la tanda de penales, Tevez, el colombiano Sebastián Villa, Carlos Izquierdoz y Julio Buffarini marcaron para el equipo de Miguel Ángel Russo. El colombiano Edwin Cardona «picó» su remate, que fue detenido por el debutante arquero Alan Leonardo Díaz.

Para River convirtieron Gonzalo Montiel y Álvarez. Rossi, un especialista en detener penales, detuvo los remates de Fabrizio Angileri y Leonardo Ponzio.

Ante la ausencia de Franco Armani, el chileno Paulo Díaz, Agustín Palavecino, el uruguayo Nicolás De la Cruz, el colombiano Rafael Santos Borré y Matías Suárez, el técnico Marcelo Gallardo presentó un equipo muletto y un banco repleto de juveniles.

Con los cuatro porteros del plantel aislados, el «Muñeco» Gallardo se vio obligado a recurrir a Díaz, arquero suplente de la reserva y sin contrato profesional, quien en su debut en Primera se transformó en figura al frustrar tres remates de gol de Tevez.

Dadas las circunstancias, Boca salió a jugar con la presión de imponerse a un rival disminuido. Y si bien contó con más oportunidades de gol, cumplió una pálida actuación y recién pudo festejar en los penales.

Un centro del juvenil Cristian Medina fue enviado a la red por Tevez, después de desplazar con el brazo extendido a su marcador, Jonathan Maidana, falta no sancionada por Facundo Tello.

El Apache se lanzó en palomita e impactó la pelota con su hombro izquierdo para poner el 1-0.

En el complemento, gracias a las piezas que movió Gallardo –también hizo debutar a los juveniles Tomás Galván y Daniel Lucero-, River pasó a controlar el juego y llegó al empate con justicia con un centro de Angileri cabeceado de gran manera al gol por Álvarez.

En Boca entró como sustituto Cardona, recuperado ya de una miocarditis leve, mientras que en la visita Enzo Pérez fue reemplazado por un dolor en un isquiotibial.

En síntesis, el Millonario estuvo muy cerca de la epopeya, pero el Xeneize evitó la afrenta de una dura eliminación gracias a la efectividad de sus pateadores y los reflejos de su arquero.

Tras el partido, Juan Román Riquelme, vicepresidente e ídolo de Boca, rompió el silencio y afirmó que el Xeneize es «el mejor equipo del país». En declaraciones a la televisión argentina, el ahora dirigente «sacó pecho»: «Es el primer mano a mano (con River) que tenemos nosotros (la actual conducción del club) y lo ganamos».

Más temprano en la jornada, Racing sacó pasaporte a la ronda de los mejores cuatro al vencer a Vélez Sarsfield en definición por penales también por 4-2, tras igualar 0-0 en el estadio José Amalfitani.

Curiosamente, todos los partidos de cuartos terminaron empatados y se definieron desde el punto del penal. El próximo fin de semana, el estadio Bicentenario de San Juan será sede de las semis entre Colón de Santa Fe-Independiente y Boca-Racing.

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