Alfonso Mata
Dimes y diretes van y vienen. La vacuna es buena. La vacuna es mala: la que viene sirve para esto, esto y esto menos para controlar la pandemia. A estas alturas de la pandemia, asegurar una fuerte demanda y promover la aceptación de las vacunas COVID-19 es fundamental para lograr la inmunidad colectiva, proteger a las poblaciones más vulnerables y reabrir la vida social y económica.
Las personas que dudan, son reacias, desconfían o no están motivadas con respecto a la vacunación, necesitan recursos, información y apoyo para tomar la decisión de vacunación adecuada para ellos. La participación pública y la comunicación efectiva a través de mensajes claros y transparentes jugarán un papel central en la construcción de confianza en las vacunas COVID-19. Una variedad de estrategias de comunicación y participación pública que se pueden implementar a nivel nacional, estatal y local para cambiar los patrones de interacción con el público, abordar las dudas sobre las vacunas y generar confianza se vuelve necesaria.
Es ahora, no cuando ya la cosa la tengamos encima, que educadores, líderes sociales y religiosos, sociedades profesionales, tomadores de decisiones, deben empezar a liderar los lanzamientos de la vacuna COVID-19 y deben comenzar a comunicarse con la gente, enfatizando el apoyo público a las vacunas, aprovechando el respaldo de celebridades y figuras comunitarios, y enfocándose en aquellos que son escépticos o vacilantes y puestos a las vacunas, para garantizar la demanda y promover la aceptación.
Una vez formadas, las actitudes son difíciles de cambiar, por lo que los programas de inmunización deben desarrollar su estrategia de comunicación de inmediato para tener un impacto mientras las personas aún se están formando sus opiniones sobre la vacuna. Los esfuerzos especiales para llegar a las personas y comunidades más vulnerables, que han experimentado tasas de morbilidad y mortalidad por COVID-19 y las que no, son fundamentales. Lo que sabemos y dicen los expertos es que la participación de la comunidad es clave para superar la desconfianza y generar confianza a través de difusiones y acciones como son los canales de comunicación, involucrar a mensajeros confiables con raíces en la comunidad y trabajar por la equidad racial.
La consulta rápida de expertos dice que llegar a aquellos que dudan o escépticos será más efectivo para aumentar la aceptación, en lugar de llegar a la pequeña minoría de personas que ya se oponen firmemente a la vacuna. Las razones de la vacilación ante la vacuna varían ampliamente. Mientras que algunos quieren esperar y ver cómo otros responden a la vacunación, otros desconfían de la medicina o del gobierno. Cierta desconfianza tiene sus raíces en experiencias de racismo y discriminación sistémicos. La información contradictoria de múltiples fuentes también puede socavar la confianza en las autoridades de vacunación.
Las estrategias de la campaña deben basarse en cinco principios para una comunicación de riesgos eficaz:
1. No espere.
2. Sea creíble.
3. Sea claro.
4. Exprese empatía y muestre respeto.
5. Reconozca la incertidumbre y gestione las expectativas
Para generar confianza en las vacunas COVID-19, expertos mundiales han recomendado que tomadores de decisiones y personas, grupos y sociedades influyentes en todos los niveles puedan:
Permitir y fomentar el empoderamiento local público de la vacunación COVID-19. Acciones como el establecimiento de comités de supervisión locales, la implementación de enfoques de abajo hacia arriba y la escucha de comentarios y la adaptación en consecuencia, pueden involucrar al público e inspirar una mayor confianza en la vacuna.
Enfatizar el apoyo a las vacunas, en lugar de centrarse en los detractores. Hacer más visible el apoyo y la aceptación de las vacunas COVID-19, como distribuir calcomanías de «Me vacuné» o publicar datos en tiempo real sobre cuántas personas han recibido la vacuna, fomentará su aceptación por parte de otros.
Conseguir patrocinadores de vacunas. La inmunización y el respaldo de marcas de prestigio dentro de la sociedad y de grupos y celebridades conocidas y de confianza y campeones de la comunidad pueden alentar al público a vacunarse. Por ejemplo, se hace necesario que esas personas celebres en la comunidad hablen sobre la vacuna, de que es segura, cómo se desarrolló tan rápidamente y cómo se distribuirá. Los líderes locales conocidos, pueden establecer la vacunación como la norma entre sus feligreses o clientes.
Preste atención a los detalles de los lugares y formas de vacunación que también transmiten información. Si la experiencia de recibir la vacuna es negativa, por ejemplo, si los portales de registro en línea fallan, los sitios de las clínicas están sucios o la gente espera mucho tiempo en un sitio de vacunación, el público puede inferir que la vacuna en sí es defectuosa.
Responda a los eventos adversos de manera transparente y oportuna. Ayude a las personas a comprender qué se sabe y qué se desconoce sobre los efectos secundarios y los resultados adversos poco frecuentes de la vacuna, y qué deben hacer. El papel del público debe ser claro y preciso y colocarse como el centro de la campaña no solo de vacunación sino de todo el combate a la epidemia.
La campaña debe desarrollar estrategias para conocer a las personas claves de la comunidad y trabajar con estas sin intentar persuadir a todos. No concentre los recursos en tratar de persuadir a la pequeña parte de la población que se opone completamente a la vacunación. En su lugar, use la empatía para llegar a aquellos que dudan o son escépticos.
Evite repetir afirmaciones falsas. Los esfuerzos para desacreditar la información errónea pueden tener el efecto no deseado de reforzar creencias falsas. En cambio, enfatice los hechos. Evite tratar a los escépticos como el «otro» o adoptar una mentalidad de «esas personas».
Formar asociaciones con organizaciones comunitarias. Los gobiernos locales pueden utilizar las relaciones existentes con organizaciones comunitarias, como coaliciones vecinales o redes religiosas para promover las vacunas. Estas organizaciones están más cerca de sus audiencias, ya son expertas en adaptar la información y tienen líderes confiables.
Adapte los mensajes a medida que cambien las circunstancias. Lo que influye ahora en la decisión de vacunar de alguien probablemente cambie a medida que cambien la distribución, el conocimiento sobre el virus, las tasas de infección y la cobertura de los medios.
Adapte los mensajes a audiencias específicas. Las comunicaciones sobre vacunas deben reflejar las preocupaciones y motivaciones específicas de la audiencia destinataria y en quién confían. Hacer que el lenguaje sea accesible y sin jerga.
En general, dada la prevalencia de las preocupaciones locales y las necesidades de información, es importante apoyar a las comunidades locales con los recursos necesarios para involucrar a las personas y reforzar la información proveniente de los niveles central y regional.
Un fuerte compromiso de la comunidad dirigido a identificar y comprender las preocupaciones locales ayudará a determinar qué mensajes, transmitidos por quién, serán más efectivos. Además, será esencial proporcionar a las personas que dudan, que se muestran reacias, que desconfían o que están desmotivadas con respecto a las vacunas COVID-19 los recursos, la información y el apoyo que necesitan para tomar la decisión de vacunación adecuada para ellos.