BARCELONA
Agencia dpa/(Europa Press) –
Los servicios de Obstetricia y de Psiquiatría del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona y los grupos de investigación en Medicina Materna y Fetal y en Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del Vall d’Hebron Institut de Recerca (Vhir) han identificado en un estudio que el 59% de las mujeres embarazadas sufrió ansiedad durante el confinamiento por coronavirus.
La revista ‘Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica’ ha publicado los resultados de un trabajo en el que han participado 204 mujeres embarazadas durante sus visitas al Hospital Vall d’Hebron entre el 27 de marzo y el 4 de mayo de 2020, es decir, durante el confinamiento en la primera ola de la pandemia, ha informado el hospital este viernes en un comunicado.
Los investigadores han identificado, además, que un 38% de las mujeres embarazadas tenía síntomas de depresión, mientras que otros estudios llevados a cabo durante el confinamiento han demostrado que en la población general estas cifras son del 18,7% y del 21,6% respectivamente.
Por otro lado, el estudio también muestra que no recibir apoyo social durante el embarazo se relaciona con el desarrollo de ansiedad y depresión en situación de pandemia por lo que los autores han abogado facilitar la intervención de trabajo social y también el acceso a ayudas económicas y a recursos sociales para la maternidad, entre otros.
«Sería importante la implementación de programas que ofreciesen apoyo social adicional durante el embarazo para reducir la ansiedad y la depresión, especialmente en una situación excepcional como la que estamos viviendo con la pandemia. Esto también ayudaría a disminuir el estrés y los riesgos de complicaciones o de un parto prematuro», ha argumentado el psiquiatra adjunto del Programa de Salud Mental Perinatal del Servicio de Psiquiatría del hospital, Miguel Sandonis.
En relación a la presencia de problemas previos de salud mental, la investigación demostró que el impacto del confinamiento «fue menor», de media, en aquellas mujeres que ya tenían síntomas previos a la pandemia.
Este hecho podría ser por que un tercio de ellas ya recibían tratamiento farmacológico por esta causa y, además, por que las personas con este tipo de trastornos «ya pueden haber desarrollado una cierta resiliencia» que serviría como factor protector frente a una situación estresante como el confinamiento, han explicado los autores.