MADRID
Agencia DPA/ (Europa Press) –
Agregar un inhibidor del punto de control inmunológico al régimen de quimioterapia estándar para pacientes con cáncer de mama en etapa temprana no supone una carga mayor para la capacidad de los pacientes para realizar actividades cotidianas que la quimioterapia sola, según ha demostrado una nueva investigación de investigadores de Dana-Farber / Brigham and Women’s, presentada en la sesión virtual del Simposio sobre el cáncer de mama de San Antonio, en Estados Unidos.
El informe, junto con hallazgos anteriores de que la combinación de inhibidores de puntos de control con quimioterapia puede aumentar las tasas de respuesta en pacientes con cáncer de mama triple negativo en estadio temprano, ofrece garantías de que los beneficios de la combinación se pueden lograr sin disminuir la calidad de vida de los pacientes, dicen los autores.
El estudio, presentado por Elizabeth Mittendorf, directora del programa de inmuno-oncología de mama en el Dana-Farber / Brigham and Women’s Cancer Center, es el primero en utilizar la propia retroalimentación de los pacientes para medir el impacto de la terapia combinada en el funcionamiento diario de los pacientes con cáncer de mama en estadio temprano.
El análisis se basa en datos del estudio IMpassion031, un ensayo de fase III de la seguridad y eficacia del inhibidor del punto de control atezolizumab junto con la quimioterapia estándar antes de la cirugía en 333 personas con cáncer de mama triple negativo no tratado previamente. El atezolizumab actúa bloqueando la proteína PD-L1 en las células tumorales, dejando las células abiertas a un ataque del sistema inmunológico.
El cáncer de mama triple negativo, que representa aproximadamente el 13% de los casos de cáncer de mama, se llama así porque da negativo en las pruebas de los receptores de estrógeno y progesterona y de la proteína HER2.
Los cánceres triple negativos tienden a crecer más rápido que otras formas de cáncer de mama y, a menudo, tienen un peor pronóstico. Los ensayos de agentes de inmunoterapia en la enfermedad buscan aumentar las opciones de tratamiento disponibles para los pacientes.
Los pacientes que participaron en el ensayo IMpassion031 fueron asignados al azar para recibir atezolizumab y los agentes de quimioterapia nab-paclitaxel, adriamicina y ciclofosfamida, o los mismos agentes de quimioterapia más un placebo, antes de someterse a una cirugía de cáncer de mama. Su respuesta al tratamiento se evaluó en el momento de la cirugía.
Los investigadores informaron a principios de este año que la terapia de combinación aumentó la probabilidad de que los pacientes con cáncer de mama triple negativo en estadio temprano tuvieran una respuesta completa: una reducción de su cáncer a niveles indetectables.
Este nuevo estudio exploró si esa mejora estuvo acompañada de una disminución en el desempeño de las tareas diarias de los pacientes. Se pidió a los participantes del ensayo que calificaran su capacidad para realizar actividades cotidianas como ir al trabajo y preparar comidas en los meses posteriores al tratamiento.
Si bien los participantes informaron una mayor dificultad en estas áreas, como resultado de los efectos secundarios del tratamiento como náuseas, diarrea y fatiga, no hubo diferencias entre los pacientes que recibieron la terapia combinada y los que recibieron quimioterapia sola. A medida que los efectos secundarios disminuyeron con el tiempo, los pacientes de ambos grupos se recuperaron igualmente bien.
«El tratamiento para el cáncer de mama en estadio temprano tiene como objetivo ser curativo –señala Mittendorf–. En tales casos, queremos estar seguros de que las mejoras en los resultados se equilibren con los efectos en la calidad de vida de los pacientes. Nuestros hallazgos sugieren que la combinación de inhibidores de puntos de control y quimioterapia cumple con esa prueba».