Alfonso Mata
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1. La situación nacional del grupo

El trabajo es tierra en que fecundan aspectos para que se de la enfermedad y la salud; eso depende de las condiciones personales y ambientales en que se desarrolla la vida del laborante. Si bien al parecer se elige libremente lo que uno hace, en nuestro medio hay motivos poderosos para pensar que esa elección no es tan libre, que eso queda fuera de la realidad. Observemos la siguiente gráfica:

Eso nos basta para determinar que de por sí, la selección es ya una limitante ante el déficit laboral que tenemos y si a eso añadimos oportunidades como: educación, acceso a la tecnología; más: restricciones, insatisfacciones, tensiones interpersonales, agotamiento físico, malas condiciones laborales, es muy posible que existan más elementos negativos en lo que se hace, lo que deja puertas abiertas para que no se de la salud en el trabajador. En todo ello cabe esperar disparidades.

Se espera que en América Latina se duplique la población mayor de 65 años de acá al 2050 y la participación laboral para el 2030 aumente en un 10% y 15% para 2050. Actualmente en Guatemala, los mayores de 65 años somos alrededor de 800 mil, el 5% de la población total. Bien, sin entrar en detalles fundamentales. Sabemos que en su mayoría, nuestros trabajadores se dedican la agricultura, al comercio, alojamiento y servicios de comidas (75%).

El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) produjo en el 2016 1 millón 264 mil 675 diagnósticos de enfermedades crónicas, de las cuales 319 mil 129 o sea el 25% fue hecho a mayores de 65 años, con predominio de enfermedades cardiovasculares y diabetes. El sistema privado de hospitales, durante ese año brindó 106 mil 044 atenciones a personas mayores de 65 años, el 12% de las atenciones, como primeras consultas, atendió el 34% y de las emergencias el 5%. Esfuerzos concentrados en un 47% en la ciudad de Guatemala. Este sistema, internó 28 mil 889 adultos mayores o sea el 12% de todos los internamientos (INE 2016).

La presencia de factores de riesgo a la salud de los trabajadores asalariados es un poco menor al igual que el acceso a los servicios; sin embargo, los riesgos ambientales así como los de prestación de servicios de salud son altos y desproporcionados, según tipo de trabajo, como se puede ver en la siguiente gráfica:

Finalmente, si observamos los ingresos promedios mensuales, notaríamos que existe una brecha enorme entre lugar y tipo de trabajo, así como de condiciones laborales. La encuesta nacional de empleo y salarios nos señala que el 68% de los asalariados no tienen contrato de trabajo.

2. No todo es tan claro en salud para el adulto mayor

A la pregunta de por qué se deteriora la salud después de los 50 años, unas personas de la ciudad de Guatemala respondieron lo siguiente: el trabajo es muy agotador, malos hábitos, se vive mal, no es seguro donde se vive y trabaja. También señalaron que hay un efecto negativo del trabajo en la salud, que se acumula con los años.

Consultados por qué en la actualidad se puede vivir más dijeron: que eso tiene que ver con: más cuidado de la salud, lugares más sanos, mejores hábitos y sí se tienen más recursos.

Y con respecto al acceso a la salud afirman: que hoy, los hombres y mujeres cuando enferman, tienen mayor acceso a los servicios de salud y medicamentos, pero un buen porcentaje, especialmente los que padecen de enfermedades crónicas o limitaciones, quedan marginados y en eso el adulto mayor es una víctima.

En cuanto a la mejor salud de los adultos mayores, se argumenta en países desarrollados que hoy los trabajadores requieren hacer menos trabajo físico por lo que para algunos es más fácil seguir trabajando sanamente por más años. En nuestro medio como las personas viven más tiempo, es posible que tengan que extender su vida laboral para poder mantenerse a sí mismos, pero no sabemos si en nuestro caso, eso es bueno y favorece o empuja más el deterioro de la salud y precipita a la muerte.

Una realidad nacional es que carecemos de información y metodología que nos permita saber sobre enfermedades laborales y su efecto en el trabajador a cualquier edad; tampoco existe regulación que prevenga la enfermedad profesional en el derecho al trabajo y mucho menos tenemos elementos que nos permitan determinar las implicaciones que la inseguridad laboral tiene, como elemento determinante en enfermedad profesional y sus repercusiones en calidad de vida.

La adecuación del término enfermedad profesional, es un elemento ambiguo dentro de nuestra sociedad, incluso no se ha logrado definir una aceptación terminológica uniforme por el jurista y por el médico. Las estadísticas nacionales, son a menudo heterogéneas en términos de definiciones, recopilación de datos, metodologías y calidad.

No obstante lo anterior, la magnitud del problema de salud ha de ser alta en el adulto mayor. La CEPAL/OIT plantea en su informe de coyuntura laboral en América Latina y el Caribe del 2016, que la razón fundamental porque las personas latinoamericana se mantienen activas más allá de la edad de jubilación, es por la falta de ingresos sobre todo en el caso de las mujeres y eso puede ser debido también a que un 57% de las personas por encima de 65 años no reciben pensión, por lo que las tasas de ocupación del adulto mayor (lo que no significa necesariamente gozar de salud) es alta, por encima de una de cada tres personas mayores de los sesenta e incluso una de cada cuatro mayor de setenta años. La mayoría trabajando por cuenta propia y muchas de ellas ocupadas en la agricultura o en empleos de bajo rendimiento económico, ambos tipos de trabajo demandantes de un esfuerzo físico mediano o alto. Igualmente la forma en que se constituyen los hogares en la actualidad, es otro factor determinante en la necesidad laboral a estas edades.

Lo que no sabemos es si estas situaciones planteadas por el informe, son importantes aspectos negativos para la salud; si la salud y discapacidad acumulada en edades anteriores puede ser un obstáculo (en países como Estados Unidos y Reino Unido, eso representa entre el 3 y el 15%).

3. La enseñanza de la población con seguridad social

El informe estadístico del IGSS del año 2016 sobre sus prestaciones en salud, nos dice que el sistema otorgó un promedio de 1.6 prestaciones en salud, a personas con derecho a alguna prestación, de las cuales el 28% fueron dadas a los pensionados y jubilados. De igual manera, si medimos la gravedad de la salud que este grupo presenta, por días de estancia hospitalaria y número de ingresos, observamos que al pensionado y jubilado corresponde al 17% de los egresos totales de la institución con un promedio de días de estancia de 9 días.

Aunque el IGSS atiende alrededor del 17% de la población y al 20% de la población económicamente activa (datos muy discutibles), la población que atiende esta institución, tiene mejor cobertura que el resto de población y probablemente esté en mejor condición de salud; por lo tanto es posible concluir que las condiciones de los mayores de 60 años que no tienen acceso al sistema del IGSS sea más devastadora en población no beneficiaria de seguro social.

Conclusión

Los resultados señalan que el sistema de salud no parecen tratar a los trabajadores de más edad como un grupo homogéneo y con equidad. Muchos adultos mayores tendrán dificultades para seguir trabajando debido a la mala salud, incluso si no están financieramente listos para retirarse. Las condiciones sociales, de salud y laborales, obligarán a algunos a jubilarse antes de que estén listos con daños. Otros continuarán trabajando tanto como puedan para mejorar su seguridad financiera “hasta que el cuerpo aguante”. Otros preferirían una transición más gradual a la jubilación al reducir o relajar los horarios de trabajo. Finalmente, algunas personas están preparadas financiera y psicológicamente para la jubilación y es probable que no quieran regresar al mercado laboral. No sabemos exactamente que está sucediendo en este tema en nuestro país.

Bibliografía

http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/envejecimiento-y-salud
https://www.ine.gob.gt/index.php/estadisticas/caracterizacion-estadistica
http://sigsa.mspas.gob.gt/datos-de-salud/morbilidad/enfermedades-cronicas
http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—americas/—ro-lima/documents/publication/wcms_213795.pdf

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