La pandemia también ha provocado: más pobres, desigualdades al desnudo, banderas blancas en los semáforos, subida de precios, especuladores, acaparadores, millonarios emergentes. Foto La hora: AP

Carlos Soto
sotocarlosf@yahoo.com.mx

La pandemia ha provocado: muchas experiencias inéditas, muchas dudas, pocas certezas, incertidumbre, miedo, temor, pánico, estrés, depresión, ansiedad, desconfianza, paciencia, impaciencia, fatiga social, desesperanza, desorientación, sensación de que algo sabemos, sensación de que mucho ignoramos, mucha prevención, los estornudos más temerosos del siglo, la tos más nerviosa de varias décadas, la forma de saludar, la forma de mirar, un presente desolador, un futuro incierto, ilusiones truncadas, proyectos aplazados, agendas pendientes, expectativas disminuidas, viajes pospuestos, economía paralizada, menos consumo, negocios cerrados, más de treinta millones de contagios a nivel mundial, más de un millón de vidas perdidas, familias rotas, velorios sin gente, entierros exprés, familiares que no han podido asistir a sus enfermos, deudos que no pudieron despedir a sus fallecidos, empresas en quiebra, despidos laborales, recortes de personal, recortes de salarios, distanciamiento social, hospitales colapsados, personal sanitario desbordado, héroes anónimos, gente que se arriesga para salvar vidas, proliferación de mascarillas, sonrisas borradas, el semestre con más lavado de manos del siglo XXI.

La pandemia también ha provocado: más pobres, desigualdades al desnudo, banderas blancas en los semáforos, subida de precios, especuladores, acaparadores, millonarios emergentes, centros comerciales cerrados, toma de temperatura por todos lados, proliferación de protocolos, baja del turismo, baja y sorpresiva recuperación de las remesas, aislamiento territorial, cierre de fronteras, cuarentenas por todos lados, aeropuertos vacíos, deportados contagiados, cientos de mensajes “Quédate en casa” en las redes sociales, que luego se suavizó a “No salgas si no es necesario”, el virus de la desinformación que desorienta, bombardeos cibernéticos nada confiables, infinidad de teorías conspiradoras, cambios de hábitos, cambios alimenticios, más consumo de alcohol, más sedentarismo, más obesidad, viejos confinados, que el sistema inmunológico se ponga a prueba, que todo el mundo quiera aplanar la curva, la posibilidad de una segunda ola, proliferación de estadísticas, estadísticas que generan desconfianza, muy poca cantidad de pruebas, mora en los pagos, préstamos, alquileres, hipotecas y tarjetas de crédito imposibles de pagar, proliferación de convenios de pago, menos recaudación de impuestos.

La pandemia también ha provocado: aciertos y errores de los gobiernos, mala comunicación gubernamental, presidentes que pagarán su mala gestión, funcionarios desgastados, funcionarios contagiados, ministros destituidos, estado de calamidad, toque de queda, derechos humanos restringidos, disyuntiva entre salud o economía, bonos familiares atrasados, cines y teatros vacíos, artistas en paro, cantantes sin voz, músicos sin orquesta, orquestas virtuales, juegos deportivos sin espectadores, estadios sin gente, conciertos aplazados, iglesias sin fieles, moteles sin infieles, periódicos con menos páginas, menos publicidad en los medios, transporte público parado, circulación interdepartamental restringida, gente que tiene meses de no poder ver a su familia, menos diversión, evitar el apuñuscamiento, (¿o apeñuscamiento?), que los días de la semana se parezcan, diferente sensación del paso del tiempo, semaforización del mapa nacional.

Pero la pandemia también ha provocado: gente muy pobre que ha sabido aguantar el encierro, menos violencia callejera, menos robos, menos extorsiones, menos tráfico vehicular, menos contaminación ambiental, atmósfera más limpia, un descanso para la naturaleza, un recreo para los animales, más venta en mercados y supermercados, bonanza de los fabricantes de productos de limpieza, gasolina más barata, menos desplazamientos, menos gasto en combustible, menos gasto en restaurantes, más servicios a domicilio, mayor uso de ropa informal, menos arreglo personal, menos coquetería, menos gasto en lavandería, menos uso de la lavadora, menos gripe, más tiempo libre, más trabajo en casa, más tiempo con la familia, más peleas conyugales, desarrollo del trabajo a distancia, educación telemática, padres de familia convertidos en maestros y supervisores, más aplicación de la tecnología, diversificación del trabajo, adaptación a una nueva normalidad, cambio de horarios, altruismo, más banca virtual, buena cantidad de contagiados recuperados, carrera ansiosa por las vacunas…..

COVID: POSITIVO AL FUTURO

Alfonso Mata

Dentro de lo positivo que deja la COVID-19, es una nueva visión sobre la salud pública. Todos los sectores de la sociedad en este aspecto están pisando el acelerador. Aunque el mundo se enfrenta a una debacle económica que muchos expertos comparan ya con la que dejó la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, por primera vez en la historia, la inversión de dinero público en investigación se ha disparado por encima de cualquier otro sector. Los laboratorios también compiten por ofrecer la mejor solución. Según los estudios un 80% están sustentadas con dinero público. Y hay ejemplos dramáticos al respecto de esfuerzo nacional fuera de las grandes potencias. Por ejemplo, el Gobierno de India ha urgido a los hospitales a que aceleren las fases de prueba, porque quiere tener lista una vacuna antes de que acabe el año, y ya ha anunciado que tendrán la capacidad para producir 3.000 millones de dosis. El vecino Costa Rica por su parte, persiste en su investigación de su suero. En general vemos que la colaboración público-privada es más estrecha que nunca en materia sanitaria.

El aspecto clínico también ha tenido sus frutos «Ya tenemos los medios para hacer consultas con exploraciones físicas del paciente prácticamente igual que si fueran presenciales» afirmaba un presidente de una firma que brinda soluciones tecnológicas para la atención médica a distancia. En gestión en salud, ahorita ya se utilizan sistemas de análisis de los datos clínicos que van entrando continuamente, en tiempo real, para establecer correlaciones de tipo clínico en un país y entre países, un nuevo campo abierto hacia el futuro de la medicina.

En algunos países desarrollados ya se aplicaba la epidemiología digital antes de la expansión del coronavirus. En estos momentos, esto toma auge por ejemplo, la aplicación de móvil Flu Near You, que ya existía, su uso se incrementó: en este sistema, cuando una persona empezaba a tener un síntoma gripal, lo reportaba, y así se describía un mapa en tiempo real, de las posibles olas del virus, más rápido y fiable que el que diseñaban los sistemas de salud pública. Un claro ejemplo de colaboración publica y ciudadana que se irá incrementando. Pero hay cosas nuevas también. Se ha descrito un proyecto piloto del sistema de control por voz Alexa pretende reconocer si la tos de una persona es o no sintomática de COVID-19. En Alemania se utilizan los relojes inteligentes como Fitbit o Apple Watch para diagnosticar coronavirus, ya que son capaces de registrar el ritmo cardíaco de su propietario, o incluso si duermen menos de lo habitual. «En breve, estos aparatos van a empezar a medir la concentración de oxígeno en sangre y será muy útil, porque ante un problema respiratorio, la oximetría cambia enseguida. Imaginación. Creación y clínica de la mano. ¿Novedoso verdad?

Pero en la gestión de la salud aún se necesita ir más allá Es inconcebible que el personal de salud deba perder, aún hoy, horas y horas en tareas administrativas. La administración de los sistemas de salud, tiene que darse cuenta de una vez por todas de que, todas estas soluciones –y en especial la telemedicina y la gerencia– la volverían más competitiva, ahorrarían costes y mejorarían el bienestar en el paciente si se digitaliza. La digitalización supone detectar mucho antes una enfermedad, clasificar y definir enfermedades y evitar muchos tratamientos que se hacen al ojo. Ya existen experiencias al respecto. Es indudable que gracias a la pandemia, en todos estos aspectos hemos avanzado en meses, lo que pudo tomarnos años, no solo en concepción sino en implementación.

Si usted cree que la pandemia no ha cambiado nada, hay material para escribir otro artículo como éste.

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