Una representación de un personal médico con equipo de protección, ejecutada al estilo de Cristo Pantocrátor en Rumania. Foto La Hora/AP

Por Alfonso Mata
alfmata@hotmail.com

1. ¿Lucha de poder dentro de la pandemia?

Las campañas nacionales antipandémicas mundiales, parecen en consenso otorgar el rol más importante en toma de decisiones y conducción de las mismas, a la máxima autoridad del régimen, que se caracteriza muchas veces por minar el poder de las ciencias y las autoridades estatales y departamentales, contribuyendo al desarrollo de un sistema centralizado de salud y a un crecimiento de la burocracia estatal. Indudablemente esa actuación cae dentro de un marco de fortalecimiento del régimen ante la opinión pública, generándolo a través de un concepto caritativo de la acción sanitaria y la beneficencia, en que participa la oligarquía y la iniciativa privada, a tal punto que, medios y publicidad pública, constantemente alaban los esfuerzos de la burocracia estatal pero también de la caridad privada.

De tal forma que los gobiernos están generando un proceso de legitimación y expansión de sus poderes, desarrollando una relación sin precedentes entre el trabajo desempeñado por ellos y sus gabinetes (muy en segundo plano) y la iniciativa privada, tratando de trabajar ambos sus intereses a la vez que la emergencia. Bien se dice que no se pude servir a dos amos so pena de engañar.

Pero la dualidad se da en la población también que con buen criterio le da poder a las características autoritarias del régimen, eficaces para el tipo de campaña que está demandando la pandemia, con relativa poca oposición pública obstaculizando las medidas; más bien, reconociendo y admirando el esfuerzo de las resoluciones gubernamentales. El temor orilla.

Las campañas, de acuerdo a los informes nacionales, en todas partes parece concentrarse en las localidades de mayor población (afectadas o no por la pandemia) más que en las pequeñas localidades, aunque estas experimenten casos esporádicos. Es muy probable que si se agudiza la situación, el trabajo Estatal tendrá que abandonar poblaciones de tamaño regular o pequeñas por la falta de personal suficiente anticipándose que, en las miles de localidades pequeñas, los individuos susceptibles morirán o sobrevivirán a la pandemia a la buena de Dios, adquiriendo entonces inmunidad los sobrevivientes. Mientras que en las poblaciones grandes, el constante flujo de nacimientos, visitantes, migrantes, agregará constantemente un número significativo de individuos contaminados. Cabe en uno y otro caso, esperar el asalto del virus.

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