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1. ALGUNOS PRINCIPIOS Y ACCIONES
Qué tal si hablamos un poco del lenguaje en el niño de 1 a 36 meses, de su formación y desarrollo.
El desarrollo del lenguaje en la primera infancia se centra en aspectos de su producción. En realidad, lo que el niño puede decir, es la manifestación en buena parte de la maduración de muchas otras habilidades corporales: escuchar y discriminar los sonidos y las palabras, el desarrollo y praxis de sus habilidades motoras, el desarrollo cognitivo y emocional. Tome en cuenta que el lenguaje no puede desarrollarse armoniosa y competentemente sin las habilidades descritas anteriormente. Pero también de lo que sus padres y entorno social y ambiental hacen y cuidan de él, todo eso se une.
En los últimos 10-15 años se han realizado muchas investigaciones y podemos decir con certeza que si a la edad de 24 meses el niño tiene un nivel de inicio de lenguaje demasiado pobre (Tolker tardío), necesita un control periódico (cada 3-4 meses) que indique si las habilidades tienden a normalizarse (Bloomer tardío) o si necesita una intervención de rehabilitación (trastorno específico del lenguaje). El retraso en sus características principales son un repertorio del vocabulario expresivo menor de 50 palabras y ausencia de combinaciones de dos palabras. Actualmente no se cuenta con criterios diagnósticos claros, que indiquen un retraso del lenguaje, pero ya existen algunas pruebas que utilizan los profesionales y que usted puede consultar con el pediatra.
Es importante subrayar que las etapas de formación y desarrollo del niño pueden ser muy variables de bebé a bebé, especialmente hasta los 24 meses. A partir de los 24 meses, la variabilidad tiende a disminuir y los niveles de lenguaje de los niños a ser iguales. Alrededor de los tres años y medio, el lenguaje se estructura sustancialmente en todos sus aspectos: buen nivel léxico, oraciones correctas completas y bien estructuradas, buena producción de los sonidos sin distorsión (los sonidos R, Z aún no pueden ser producidos bien o del todo no producidos).
A la edad de tres años, el niño puede usar el lenguaje también en referencia a experiencias lejanas en el tiempo y el espacio.
2. EXPANSIÓN DEL VOCABULARIO ¿CÓMO LOGRARLO?
¿Qué deberían hacer los padres para un buen desarrollo del lenguaje del niño? Y a medida que crece, ¿qué pueden hacer para enriquecer su vocabulario? Los siguientes son consejos a padres y maestros, de pedagogos, psicólogos y médicos.
Charlar con el niño cuando empieza a gatear o caminar.
El niño repite las fases evolutivas de la humanidad desde hace millones de años: primero gatea a los seis o doce meses, luego se pone de pie y camina, de 10 a 12 meses en adelante, y finalmente habla, entre 18 y 24 meses. En esta fase de desarrollo neuromotor, acompañe a su hijo con lenguaje. Mientras hablamos, de hecho, acompañamos continuamente la palabra de gestos. Ayudemos al niño en su gatear y andar, hablándole; eso le ayuda también al desarrollo del lenguaje.
Se necesita una madre «suficientemente buena»
Cuando comienza el balbuceo a los cinco a seis meses, el clásico ma-ma; ba-ba; ta-ta, el bebé comienza a darle forma a una parte de su cerebro, la que le servirá para hablar. Este lenguaje «primitivo» es un lenguaje universal, pertenece a todos los pueblos del mundo.
Para aprender el idioma, el niño necesita tener una madre «suficientemente buena» decía el pediatra DW Winnicott; cariñosa y paciente (o una niñera con las mismas características) que maneje la lengua materna. La enseñanza puede hacerse a través de canciones y rimas infantiles, uniendo sonidos y movimiento; pronunciando palabras con calma y correctamente y el niño imitará.
En otras palabras, el niño aprende el idioma «a través de la imitación del adulto de referencia». Las primeras palabras de los niños son sustantivos: mamá, papá. Más tarde, agrega algunos adjetivos: mamá-bella; papá-bueno. El adjetivo, a diferencia del sustantivo, se acerca, crea una relación con el otro, dicen los expertos.
Para niños mayores, especialmente de cuatro a siete, la escuela también juega un papel importante en el enriquecimiento de su vocabulario. «En este caso, es importante que el profesor sea un narrador con talento: por lo tanto, mediante la imitación, los niños serán guiados a contar a su vez, practicando en el idioma».
Evite aniñarse
En cualquier caso, es importante usar un lenguaje veraz en tono y contenido, lleno de bellas imágenes. «No tiene el adulto, porque poner su lenguaje a la altura de niño, pues recuerde que es el niño el que tiene que “subir” y no el adulto “bajar».
Todo tiene su nombre
Mamá y papá, siempre deben tratar de nombrar las cosas por su nombre. El niño, de hecho, hasta los primeros siete años, procede por imitación y aprende observando y escuchando lo que está sucediendo a su alrededor. Seudónimos o apodos, pésima costumbre.
El poder de las canciones de cuna
No debemos hablar solo para corregir, dar instrucciones o reglas. Los padres deben nutrir el lenguaje del niño con rimas infantiles. Sería importante recitarles durante el embarazo y luego al recién nacido y más tarde, al niño mayor. La canción infantil es un poema-canto que concuerda el sonido, el ritmo y la melodía, como el del corazón con el tambor.
De libros y cuentos de hadas
En casa como en la guardería y el jardín de infantes, los padres pueden usar valiosos «aliados» para alentar el aprendizaje de nuevas palabras de una manera lúdica y divertida. Los libros, empezando por aquellos sin palabras y luego con palabras y oraciones simples, junto con los cuentos de hadas y las canciones de cuna, son la primera y más valiosa herramienta para enriquecer el vocabulario del niño.
Jugar para aprender a hablar
Una buena estrategia para ayudar al niño mayor a aumentar su vocabulario es definitivamente el juego. Una idea puede ser estar juntos, tal vez por la noche después de la cena, y preguntarse ¿Qué palabra aprendiste hoy?’, ¿Con qué palabra mágica te gustaría dormir?. También es divertido, por ejemplo, invitar al niño a buscar las palabras dulces en la cocina, las frías en el baño, las tibias en toda la casa y puedes jugar «listas» y otros juegos de palabras, una treta excelente para enriquecer el vocabulario.