Por Carlos Castillos
Montevideo
agencia/dpa

Uruguay se convierte en el primer país del mundo donde el Estado distribuye marihuana legal en una red de farmacias, un nuevo paso hacia la regulación del mercado, un proceso que impulsó el entonces presidente José Mujica (2010-2015).

Desde hoy, los cinco gramos del cannabis se venden a un precio de 6,44 dólares aproximadamente, aunque ello dependerá de la cotización de la moneda estadounidense, que varía a diario en el mercado financiero local.

Contrariamente a lo que cree mucha gente, sobre todo fuera de las fronteras de Uruguay, este mecanismo de distribución de la marihuana no significa una apertura ilimitada para el consumo libre.

De acuerdo con la ley, aprobada en diciembre de 2013, los llamados «adquirentes» deben ser mayores de 18 años, con ciudadanía legal o natural o residencia permanente de más de un año en el país, y estar inscritos en un registro nacional que maneja, bajo estricta reserva, el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca).

«Si acreditan la residencia, (los adquirentes) pueden ser alemanes, chinos o vietnamitas» aclaró hoy a dpa Julio Calzada, quien fue secretario de la Junta Nacional de Drogas (JND) durante el Gobierno de Mujica y uno de los impulsores de la ley.

La distribución de marihuana en farmacias se convierte en el tercer mecanismo legal, ya que funcionan en el país 63 clubes cannábicos y hay 6.948 autocultivadores autorizados, todos sometidos también a una serie de condiciones y normas que, de no ser respetadas, son penadas por la ley.

Calzada celebró hoy este nuevo paso porque, en su opinión, se está cumpliendo uno de los objetivos de la ley, que es sacarle clientes al narcotráfico.

Un estudio del Observatorio Uruguayo del Cannabis reveló que, contabilizando todos los consumidores registrados en Uruguay, que suman unos 13.500 hasta ahora, el narcotráfico está perdiendo siete millones de dólares al año.

«Es un golpe importante. Es plata (dinero) que no alimenta la corrupción, que deja de incidir de la forma que han incidido en los últimos 60 años en el desarrollo del mercado ilegal», dijo Calzada, quien espera que la cifra aumente y que el año próximo se pueda decir que se le están sacando 20 millones de dólares o más al narcotráfico.

La venta en farmacias todavía es limitada y no abarca a todo el territorio de Uruguay pero las autoridades creen que, poco a poco, se irán sumando más comercios y registrando más consumidores, porque verán la posibilidad de adquirir el producto por la vía legal sin necesidad de exponerse a los riesgos del comercio ilegal.

Dos empresas fueron autorizadas a producir en un predio estatal, pero el Gobierno controla el proceso para garantizar un producto de buena calidad que se irá adaptando al mercado, ya que faltan algunas variedades que se irán agregando en el futuro, explicó Calzada.

Uruguay abre una nueva etapa y se convierte en el primer país del mundo donde el Estado suministra marihuana mediante un mecanismo de control de todo el proceso, desde la planta hasta la entrega al adquirente.

El pequeño país sudamericano, cuya experiencia con la marihuana es mirada con interés desde otras latitudes, da la vuelta a una página de más de 90 años, ya que desde 1925 regía la prohibición.

Hasta ese año se podía comprar en las farmacias uruguayas la hierba, esencias y aceite de cannabis porque las distintas convenciones internacionales sobre drogas no incluían la marihuana como producto prohibido.

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