Alfonso Mata
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Situación del aborto en América Latina:
Abortos inducidos 19%
Nacimientos no deseados 50%

Abortos espontáneos 15%
Embarazos no deseados 16%

EL CONCEPTO

El problema del aborto va más allá de lo médico, cae también dentro de lo legal y moral y es definido como la interrupción del embarazo durante el período en que el feto aún no es viable, generalmente antes de la 20 semana de gestación. Este acto de decisión, no solo pertenece a una persona, sino es parte de su historia pasada, presente y futura, sus sueños, ambiciones, intereses y las de los suyos.

Cuando la interrupción del embarazo es por causas naturales, se le llama Espontáneo. Cuando lo es por razones humanas es Provocado.

Hay que estar conscientes que el aborto no es un problema de mujer; pude ser un problema natural de la naturaleza o social. El aborto provocado, es pues, querámoslo o no, una práctica social, rodeada de mitos, costumbres, tradiciones, prejuicios y reglas, que va más allá de la sexualidad.

Desde el punto de vista jurídico, nuestras leyes solo permiten el aborto terapéutico, es decir, el practicado por el sistema de salud, en circunstancias en que la vida de la mujer y su salud está en juego. Eugenésico humanitario o psicosocial (a pesar de la gran cantidad de niñas y mujeres víctimas de violación) no lo contempla legal la ley.

Desde el punto de vista moral entran en juego no solo la responsabilidad personal, sino de grupo y en ambos casos se añade, el valor moral de sus consecuencias y las creencias.

LA DIMENSIÓN DEL PROBLEMA

En Guatemala se sabe que al año se practican más de 65 mil abortos y la mayoría de ellos en sitios clandestinos a tal punto que algunos hablan que de cada tres mujeres que llegan a los 30 años de edad, una de ellas ya se ha practicado al menos un aborto. Igualmente es un hecho, que muchos de ellos, terminan en los hospitales por complicaciones. Algunas muertes de mujeres en edad fértil, son a consecuencia de las complicaciones de abortos provocados, sin que se conozca con seguridad su número. Ante este mal epidémico, nadie habla ni cuestiona nada y el sistema de salud dentro de sus estadísticas, a menos que sea por muerte, no reporta más que las complicaciones que siguen al procedimiento delictivo: Hemorragias, septicemias, infecciones, lesiones o ruptura de órganos.

Los estudios nacionales sobre el tema, también son pocos. El estudio sobre Embarazo no planeado y aborto inseguro en Guatemala: causas y consecuencias, que fue publicado por el Guttmacher Institute en 2006, ya nos indicaba que en el sistema hospitalario nacional, alrededor de 27 mil mujeres recibieron tratamiento por complicaciones post aborto y de estas, alrededor de 22 mil por abortos provocados, pero sobre muerte no se precisa. Se estima en ese estudio, que solo una de cada tres mujeres que se realiza un aborto, recibe tratamiento profesional. Han pasado ya más de diez años y sobre la situación real actual del problema, ignoramos lo que sucede.

CAUSAS
Un estudio guatemalteco: Morbilidad por aborto en Guatemala: Una visión de la comunidad de Sandra Sáenz de Tejada, Elena Prada y Gonzalo Ball de 2006, resume bien las causas más importantes para recurrir a su práctica “Se cree que la mujer soltera recurre al aborto por temor a la reacción de la familia y la comunidad; pero, si está en unión, las razones están asociadas con los problemas de pareja o relaciones inestables y violentas; tener el tamaño de familia deseado y tener precarias condiciones económicas y de salud” aclara el estudio. En general, las causas son múltiples y su práctica es mayor en grupos humanos de estratos socioeconómicos más precarios y es muy frecuente en matrimonios consumados.

COMPLICACIONES

Hoy, la evidencia disponible sobre los efectos en la salud del aborto es bastante grande en el mundo, aunque en nuestro medio no. Existen muchos estudios que examinan la seguridad relativa de los métodos de aborto y la idoneidad de los métodos para diferentes circunstancias clínicas. Con el aumento de las investigaciones, los métodos de aborto médico y quirúrgico han desarrollado nuevas técnicas y más seguras. Pero nuestra situación no es la de los países desarrollados.

La naturaleza es en primer lugar el principal custodio de la salud de la mujer y dentro de sus procedimientos tiene el aborto como un recurso natural se le denomina “aborto natural o espontáneo” y este tipo de aborto presenta mucho menos complicaciones que el provocado.

Pero la realidad en nuestro medio es otra. La mayoría de mujeres recurre al aborto por enfrentarse a un embarazo no deseable y a prácticas que se hacen clandestinamente, en donde la seguridad de los procedimientos y las técnicas no llenan las garantías necesarias técnicas e higiénicas para proteger su salud y su vida. Las mujeres recurren a estos lugares debido a dos hechos: costos y a la prohibición legal. Las consecuencias más comunes de complicación son: Hemorragias debidas a una mala e incompleta extracción, infecciones y lesiones a órganos. Entre las complicaciones tardías tenemos: la enfermedad inflamatoria pélvica con problemas como la disminución de la fertilidad; endometritis, complicaciones futuras en el parto, y cánceres, esterilidad y muerte. Poca atención se le ha prestado a las secuelas psicosociales presentes y futuras, a pesar de que no siempre se puede mantener un aborto en secreto e que indudablemente existen reacciones negativas sociales y personales ante el acto cometido.

UN TEMA QUE NECESITA MÁS ATENCIÓN

Es pues evidente que el costo para el sistema de salud, debido a las complicaciones inmediatas y tardías del aborto es alto. No sabemos por ejemplo cuál es el costo de cánceres, trastornos mentales secundarios a este problema. Un estudio en países latinoamericanos, encuentra que entre 15-25% de ingresos hospitalarios de mujeres, se hace con diagnóstico de complicaciones por abortos provocados. En este tema, los costos para los departamentos de ginecoobstetricia aun en países desarrollados son altos.

Nuestro sistema actual de salud, desde hace años cuenta y ha trabajado con el personal las habilidades clínicas necesarias para trabajar en forma segura, los diversos componentes de la atención de las distintas etapas del aborto, lo que indudablemente ha redundado en la disminución de la morbi-mortalidad materna, aunque aún no se obtiene los resultados esperados. Hay que considerar que el aborto, es la cuarta causa de muerte materna en Guatemala.

Algo que aún no se ha podido implementar en forma correcta, es la prevención adecuada para que no se llegue al aborto clandestino: hemos fallado respecto a la educación en salud sexual y reproductiva que logre cambiar actitudes y prácticas adecuadas sobre la determinación del embarazo, asesoramiento sobre maternidad y paternidad responsable, salud familiar, supervisión del paciente y evaluación y atención de seguimiento pos aborto.

Fuente: Centro de Investigación Epidemiológica en Salud Reproductiva y Sexual (CIESAR) “Disponibilidad y calidad atención pos aborto en Guatemala.
Tampoco se ha avanzado en los aspectos legales o no está claro ni implementado, la competencia adecuada para la vigilancia de delitos como lo es el aborto clandestino; no se cuenta con datos estadísticos del mismo aunque se tiene el marco conceptual para hacerlo.
No cabe duda que el aborto es el procedimiento médico más desregulado en la nación y el que más acarrea trastornos de morbimortalidad. Un análisis político, legal moral y médico exhaustivo de la regulación del aborto, es y debe ser una prioridad nacional, que se relaciona con la seguridad y la calidad de la atención en salud no solo de la mujer sino de la familia y la sociedad.

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