El olor de un pastel recién horneado, la frescura del pasto cortado o de su perfume favorito podrían pasar inadvertidos para muchas personas que padecieron COVID-19. Estimaciones recientes indican que alrededor del 20% de los contagiados experimentan secuelas como la pérdida del gusto y del olfato (anosmia), de acuerdo con Mayo Clinic.
Al parecer, es un síntoma común con virus como la influenza, pero con el COVID-19 ocurre con mayor frecuencia debido a la escala que ha tenido la pandemia. «Además, aproximadamente otro 20% de las personas desarrollarán una versión prolongada de estos síntomas, que a veces pueden durar varias semanas o hasta meses», afirmó el Dr. Greg Vanichkachorn, especialista en medicina ocupacional de Mayo Clinic.
Otros datos estiman que a la fecha, de cerca unos 100 millones de personas en el mundo contagiadas con COVID-19, hasta un 60% ha experimentado disfunciones en el olfato, y un 10% presenta síntomas persistentes, de acuerdo con el experto en rinología Carl Philpott, publicado en The Converation.com
Hay buenas noticias. Con el entrenamiento adecuado, el 95% de estos pacientes puede experimentar mejoras en la recuperación del gusto y del olfato en menos de un año, incluso podría acelerarse si se siguen los pasos correctos.
Sin embargo, para estos casos se tienen buenas noticias, ya que después de revisar tantas terapias diferentes y de varias investigaciones “hemos visto que lo más efectivo, tanto en la práctica como en la investigación, es algo llamado ‘reentrenamiento olfativo'», afirma Vanichkachorn, debido a que los nervios involucrados en el gusto y olfato pueden sanar y volver a crecer.
Dicho fenómeno se llama neuroplasticidad, el cual consiste en la flexibilidad que tiene el cerebro para adaptarse a los cambios a través de redes neuronales. “Cada vez que se aprende algo, las propias neuronas forman redes para comunicarse y dar señales una a otra, mediante sinapsis”, explica el sitio apd.es
PROFESIONALES DEL OLFATO
La doctora Adriana Izquierdo, de la Sociedad Española de Otorrinolaringología, Cirugía de Cabeza y Cuello, destacó que hay profesionales del olfato que dependen de este sentido en su trabajo diario como los perfumistas, enólogos, catadores, personal sanitario, medios de seguridad.
“Es un rango muy amplio y no lo debemos pasar por alto, pues tienen un olfato entrenado, son personas que cada día estimulan este sentido”, expuso la profesional.
Agregó que este tipo de pacientes deben ser tratados por igual en clínica, y se sugiere acudir al especialista si pasan de 30 o 60 días sin sentir olores. “Estos profesionales son personas que necesitan del olfato en su labor diaria, de verse afectados, también impacta directo en la economía”, comentó
Actualmente, el sentido del olfato ha adquirido un protagonismo en ciertas marcas, pues se conoce que los olores impactan más en la memoria que otros sentidos. De esa cuenta, se ha desarrollado el marketing olfativo en algunas tiendas y negocios como parte de la marca distintiva.
NARIZ Y CALIDAD DE VIDA
En respuesta a miles de pacientes en el mundo que han resultado con esta afección, la Sociedad Rinológica Británica y AbScent investigan formas de apoyo y aprendizaje para estos pacientes.
«La idea es que si podemos desafiar esos nervios con diferentes olores, eso los ayudará a volver a crecer de la manera adecuada», aseguró el Dr. Vanichkachorn.
El reentrenamiento olfativo implica oler sustancias específicas: clavo, limón, eucalipto y rosa. “Recomendamos que los pacientes ejerciten con estos aromas durante 15 segundos, dos veces al día, durante varias semanas o meses. Esto se ha asociado con mejoras significativas en la capacidad de saborear y de oler”, agregó Vanichkachorn.
Un recurso recomendado por los expertos, que puede ser de gran ayuda es el sitio: abscent.org a cargo de un grupo sin fines de lucro que brinda herramientas de entrenamiento del olfato y apoyo a los pacientes.
PAROSMIA, LO QUE PUEDE SUCEDER
• Los olores distorsionados y desagradables se conocen como parosmia y son característicos del proceso de recuperación.
• El olor no regresa de una sola vez. Puede ser que el proceso se detenga o retroceda por un tiempo.
• Este es un proceso de curación natural, aunque no existe una cura, el entrenamiento del olfato puede ayudar a su recuperación.
• La parosmia puede hacer que algunos alimentos sean repulsivos y comer se vuelva difícil.
• Perder el olfato puede hacerlo más vulnerable a padecer depresión.
SUGERENCIAS
Las personas con trastornos del olfato tienen más probabilidades de experimentar un bajo estado de ánimo y depresión.
Aquí algunos consejos que le ayudarán a superar momentos difíciles.
• Practique algún ejercicio, esto recupera el sentido del olfato y la movilidad libera endorfinas. Intégrese a una clase, equipo o club que lo aleje de sus preocupaciones por un tiempo.
• Pasatiempos y manualidades: terapia ocupacional, lectura. La mejor terapia es hacer algo por otra persona.
• Técnicas de meditación y respiración.
• Lleve un diario, recomendable para el manejo de enfermedades crónicas.
Fuente: Abscent.org
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