POR ANA LUCÍA GONZÁLEZ
agonzalez@lahora.com.gt
En un mundo donde los cigarros electrónicos muestran una tendencia de consumo explosiva, Guatemala es uno de los pocos países en donde este tipo de cigarrillos, como los productos de tabaco calentado (HTP) están disponibles en el mercado sin ningún etiquetado o restricciones de nicotina.
“Tiene una de las políticas de control más débiles” sostiene el epidemiólogo Joaquín Barnoya. Esto a pesar de que el país ratificó el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) de la Organización Mundial de la Salud en 2005. Hoy día, solo se cumple parcialmente la Ley de Ambientes Libres de Humo de Tabaco, y la prohibición de venta de cigarros sueltos (Art. 31, decreto 61-77).
En contraste, el número de «vapeadores», como se conoce a quienes lo consumen, ha aumentado vertiginosamente. Desde 6 millones en 2011, a 35 millones en 2016, según una nota de BBC. Fabricantes como la firma Philip Morris International (PMI) han encontrado nuevas modalidades para innovar con nuevos productos y presentaciones. En mayo de 2020, introdujo el HTP iQOS en 51 países, entre ellos cinco de América Latina, uno de estos Guatemala, según la investigación de los académicos.
Este 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco, fecha en la organizaciones de salud manifiestan sobre cómo la industria tabacalera socava los esfuerzos para dejar de fumar.
ESTUDIO ENTRE ADOLESCENTES
Un experimento de elección discreta, administrado a 2,038 estudiantes de secundaria en Guatemala, evaluó cómo los atributos de los productos de tabaco influyen en su atractivo entre los adolescentes. En la muestra, los cigarrillos electrónicos parecieron ser más llamativos y percibidos como menos dañinos que los HTP y los cigarros convencionales.
La muestra tomó como base a estudiantes de 13 a 18 años, hombres (52%) y mujeres (48%), pertenecientes a ocho colegios de secundaria privados de la capital. Según el informe, fueron reclutados para completar una encuesta escrita, entre mayo y septiembre de 2019. Los participantes evaluaron según el tipo de producto, marca, contenido de nicotina y sabor.
Posteriormente indicaron qué producto les interesaba más o menos en probar, y cuál sería menos dañino para su salud. Se encontró que preferían los cigarros electrónicos, también percibidos como menos dañinos. Se interesaron más en probar un sabor, en comparación con el tabaco normal, entre estos la baya fue el favorito.
Esto fue parte de los resultados de investigación de un equipo de epidemiólogos como José Monzón, Farahnaz Islam, Sophia Mus, James F. Thrasher y Joaquín Barnoya, publicado la revista científica Science Direct, en abril pasado.
Entre sus conclusiones, los académicos demandaron con urgencia regulaciones de envasado y saborizantes para estos productos, debido a que son una estrategia de marketing dirigida para estas edades.
BARNOYA: “SE DEBE PROHIBIR LA PUBLICIDAD EN PUNTOS DE VENTA PARA DISMINUIR EL CONSUMO”
El epidemiólogo, en conjunto con varios investigadores, ha incursionado en el estudio del impacto en el consumo de tabaco en los adolescentes en el país. Advierte sobre la prevalencia de uso y en las estrategias de mercado en el empaque y publicidad en los puntos de venta.
¿Cuáles son los hallazgos que más impactan de este estudio?
Encontramos en unos 2 mil adolescentes que el consumo de cigarros electrónicos es mucho más elevado que los convencionales. Ahora en el mercado se ofrecen otros productos: el cigarro convencional, los de cápsula y los electrónicos. A esto añada el tabaco calentado (IQOS) HEETS, que entre los jóvenes todavía es bajo. Este se mercadea principalmente entre adultos jóvenes que buscan una alternativa menos dañina.
Un análisis comparado de los años 2008 a 2018, muestra que aumentó dramáticamente el uso de cigarros con cápsula, electrónicos y el calentado. Se pudo demostrar por la publicidad en los puntos de venta, que es principal medio de difusión de la industria tabacalera.
¿Las restricciones legales ya no son suficientes ahora?
Es una muy buena ley, impulsada por la entonces diputada Zury Ríos, que desafortunadamente el Ministerio de Salud no hizo esfuerzos serios por cumplirla. Ahora usted ve en bares y restaurantes gente fumando sin control. Cuando se aprobó, no existían los cigarros electrónicos ni el tabaco calentado. La regulación será más difícil.
¿Qué daño tienen estos productos?
La evidencia es que sí dañan, tal vez no al mismo nivel, pero los hallazgos no son suficientes. El patrón de consumo es diferente al del cigarro convencional y dos, la cantidad de producto es diferente.
El cigarro electrónico ofrece cientos de sabores y cuatro tipos diferentes. Los “jalones” los puede compartir, lo puede apagar. Es una diferencia enorme. Costará más encontrar evidencia de que cause infartos de corazón. En cuanto al análisis de los líquidos, se ha determinado que tienen metales pesados y se ha probado que dañan las arterias.
En estos momentos, es esencial una campaña sin tabaco, pues está probado que quien fuma tiene un factor de riesgo si se contagia de COVID-19.
¿El cigarro es también un producto con alto contrabando?
Esta es una discusión de la industria tabacalera para desviar la atención. La mayor parte de esto viene de las mismas tabacaleras, solo que de otros países. Fabricarlo no es sencillo. El tema central consiste en primero aumentar los impuestos e incluir un timbre fiscal. Todo debería estar regulado. El tema es prohibir la publicidad en puntos de venta para disminuir el consumo.
Diferencias (recuadro)
• Los cigarros electrónicos usan una batería para calentar un líquido que generalmente contiene nicotina y está disponible en más de 7,700 sabores.
• El tabaco calentado (HTP) son dispositivos electrónicos que calientan (en lugar de quemar) el tabaco y producen un aerosol que contiene nicotina. Las opciones de sabor son más limitadas.
