Un coctel de bacterias y ¡adiós diabetes!

Probablemente usted este cansado de oír que dentro de sus intestinos acarrea billones de bacterias y otros microorganismos que pueden ser causa o consecuencia de una variedad de dolencias humanas crónicas, como la obesidad, la diabetes tipo 2, la aterosclerosis, el cáncer, la enfermedad del hígado graso no alcohólico y la enfermedad inflamatoria intestinal.

Pero también ha oído que la medicina a veces trata de modificar ese estado bacteriano de los intestinos para remediar males. Sin embargo, esos esfuerzos son aún muy discutidos en gran medida, porque las bacterias modificadas introducidas en el intestino generalmente no sobreviven en lo que es fundamentalmente un entorno hostil. También se han desarrollado y se están probando terapias con bacterias vivas (LBT), para producir medicamentos para terapias, pero de igual manera no sobreviven con facilidad en el intestino. Usted, sin embargo, probablemente se ha sometido a tratamientos de este tipo El fenómeno es quizás más evidente en las personas que toman probióticos, donde estas bacterias beneficiosas no pueden competir con los microorganismos nativos de la persona y en gran medida desaparecen rápidamente.

Entonces, es evidente que la incapacidad de las bacterias de injertarse o incluso sobrevivir en el intestino requiere la realización de modificaciones en ellas. El gastroenterólogo Amir Zarrinpar ha dicho que, si bien los ensayos en humanos que utilizan LBT han demostrado seguridad, pero inconsistencia, aún necesitan demostrar la reversión de la enfermedad y entiende que eso en parte se debe, en parte, a problemas con la colonización, una colonización de los buenos no asegurable. Pero ese problema está siendo enfrentando por ese gastroenterólogo y sus colegas, que están tratando de superar ese obstáculo, al emplear bacterias nativas como bases para administrar transgenes capaces de inducir cambios terapéuticos persistentes y potencialmente incluso curativos en el intestino y revertir patologías de enfermedades. Eso aún se está haciendo en animales. Por ejemplo, el grupo descubrió que pueden proporcionar una terapia a largo plazo en un modelo de ratón con diabetes tipo 2.

Eso se llama ingeniería bacteriana. El grupo lo que hizo fue tomar una cepa de E. coli nativa del huésped y diseñarla para que exprese transgenes que afectan la fisiología del ratón, en este caso los niveles de glucosa en sangre. Luego, las bacterias nativas modificadas se reintrodujeron en todo el intestino del ratón, y durante toda la vida de los ratones tratados, esas bacterias mantuvieron la funcionalidad e indujeron una mejor respuesta de la glucosa en sangre durante meses. Ya entusiasmados con eso lograron también realizar una ingeniería bacteriana similar en E. coli humana nativa, aunque no han probado aún en humanos, si va a suceder lo que sucede con los ratones.

Lo que podemos sacar de lo anterior es que, si funciona en humanos, ello abre la posibilidad de entusiasmarse de que las terapias bacterianas vivas se pueden usar para tratar o incluso curar enfermedades crónicas con tres ventajas de alto valor: ser una opción relativamente no invasiva, de bajo riesgo y rentable, muy rentable.

Por supuesto que hay retos a superar antes de lanzar esto al mercado: el trabajo con bacterias implica su cultivo y su modificación y eso aún no es fácil de lograr, pero ya hay gente estudiando para lograrlo de manera consistente. De lograrse esto, imagínese usted, un ministerio de salud equipado con un laboratorio bacteriológico de alto nivel, pacientes diagnosticados con diabetes, se les cita un día y en pocos minutos se le inoculan en el centro de salud de su localidad bacterias benignas y la enfermera le dice: lo veo dentro de unos meses o años y su medicamento ¡no es necesario!

Perdón por el olvido:  la transgénesis es una de las tecnologías más recientes y polémicas de los últimos tiempos. Consiste en la construcción de nuevas combinaciones de material genético por medio de la inserción en un ácido desoxirribonucleico de algo de interés que le permita replicarse, mantenerse en las células del organismo receptor y expresarse. Como muchas tecnologías, La transgénesis no se puede catalogar de buena o mala, es solo una herramienta, todo depende del uso controlado, racional, sostenible y consciente que se le dé.

Malas noticias para los vampíricos

Sobre el efecto de la sangre existe literatura en abundancia mostrado más que sus cualidades sus encantos, hechizos y embrujos. Al Igual la ciencia médica, tiene una disciplina llamada hematología que estudia sus bondades y males y a los médicos que se dedican a su estudio se les llama hematólogos.

Hace poco me enteré de un método de investigación médica que desconocía llamado La parabiosis heterocrónica. Esta es una técnica de investigación, utilizada para evaluar el efecto de los órganos y de los factores sanguíneos en animales jóvenes y viejos. Menos controlada que el intercambio directo de sangre, la parabiosis es un modelo de intercambio de sangre entre dos animales conectados quirúrgicamente y parece que son los ucranianos los que han realizado trabajo en esto. Los investigadores utilizando parabiosis heterocrónica entre ratones jóvenes y viejos y controles isocrónicos durante tres meses, estudiaron los efectos de estar unidos en el plasma sanguíneo y la vida útil de los animales.

Pero también les cuento que conocí una persona de la tercera edad que periódicamente se inyectaba sangre joven para mantenerse joven. Desde hace centurias, se tiene la convicción de que inyectarse sangre joven prolonga la vida. Mala noticia para los vampíricos.

Los investigadores ucranianos encontraron una disminución significativa en la vida útil de ratones jóvenes de parejas parabióticas heterocrónicas, es decir pasar sangre vieja a jóvenes no funcionaba, datos que respaldan la suposición de que la sangre vieja contiene factores capaces de inducir el envejecimiento en animales jóvenes. Pero eso también resulta importante, pues abre la posibilidad de encontrar y suprimir selectivamente la producción de factores de envejecimiento en el organismo y podría ser el campo de investigación clave para la extensión de la vida.  El trabajo del grupo Pishel estableció que la vida útil de los ratones viejos no aumenta después de ser parabiados a ratones jóvenes. Este hallazgo también resulta importante para establecer la dirección precisa de los enfoques clínicos antienvejecimiento y para proporcionar evidencia científica clave para entender y conocer sobre la potencia de los factores sanguíneos jóvenes en un organismo envejecido. En fin, aún falta mucho para aclarar la cuestión de si la longevidad es controlada por la sangre joven o la sangre vieja y cómo interactúan esos mecanismos favorables y desfavorables.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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