Tras el plan del arzobispo Cortez –nos dice Martínez Durán y formada la junta de salud pública dictada por el Capitán General Martín de Mayorga, no había otra cosa que hacer sino cumplir inmediatamente las disposiciones. Mas no fue así: la negligencia y burocracia que tradicionalmente nos agobia, lo complicó todo y al mes de las primeras recetas, nada se hacía, únicamente se enterraban por ciento las personas. No es sino meses después en que se dictan las medidas y se ejecutan.

1889: el resfriado ruso gran experiencia olvidada

Al principio se habla que (argumento de pobre validez) no era gripe y que no había experiencia previa. La pandemia iniciada en mayo de 1889 en San Petersburgo, el llamado resfriado ruso, ocurrió muy repentinamente y en diciembre llegó a Suecia. Ahí las discusiones entre médicos en diferentes partes del país fueron animadas, hasta que el Consejo de la Asociación Médica Sueca les pidió que informaban casos y complicaciones e inició un estudio epidemiológico profundo. Entre aquellos médicos al Dr. Klas Linroth, se le ocurrió hacer una recopilación de todo el material y mostró que la morbilidad del mal infeccioso era del 60%.  Linroth calculó que la tasa de mortalidad en Estocolmo durante las cuatro a seis semanas que duró la gripe fue como máximo el 250% de lo normal y que era de alrededor del 1% entre los afectados. Finalmente afirmaba, que el padecer otras enfermedades subyacentes, significaba que había un riesgo particularmente alto de morir como resultado de la enfermedad, y mencionó la tuberculosis en particular como un factor de riesgo importante. También recopiló información sobre la sintomatología de la infección y señaló la pérdida de olfato y gusto como importante. Junto con el trabajo de Linroth, se publicó una descripción cuidadosa de las autopsias que mostró aún más el riesgo de sufrir complicaciones de la gripe si había otras enfermedades presentes. Se afirmó que una ruta de transmisión más probable era a través del transporte público. Según varios informes parecía que los trenes portaban la infección, ya que el personal del tren, a menudo era el primero en enfermarse.

 

1918, 57 y 68: Leyes, técnicas y descubrimientos

La gripe de 1918 fue de gran aprendizaje científico y técnico. Las Agencias, las secretarias de salud de los países emitían «Consejos para el público en tiempos de gripe», que se solía publicar en la prensa diaria y en boletines que se pegaban en las paredes en sitios públicos. El trabajo clínico y epidemiológico para el manejo de infecciones respiratorias pandémicas se fortaleció y la forma de manejar distanciamiento social y medidas higiénicas también. Hubo un fuerte aumento en el número de visitas domiciliarias y aislamientos y las salas de los hospitales que se establecieron especialmente para los enfermos de gripe, solían estar abarrotadas y en muchos lugares la admisión de pacientes tenía que detenerse pues no había personal de salud que pudiera atenderlos por estar enfermo. Esta gripe hizo ver la necesidad de combatirla a través del fortalecimiento inmunológico de las personas previo a contagiarse y en distintos países se trabajaba en detección temprana de casos e implementación de cordones sanitarios. Igualmente se dictaban medidas de aislamiento social. En nuestro medio, un médico llamado Alonso de Carriola, en 1774, ya había señalado que las pestes deben interesar grandemente a los gobiernos y solo su labor con celo en “leyes y consuelos” es capaz de fortalecer su detención. Pero también advirtió que en el manejo de casos el “pronóstico debe hacerse en función de la sintomatología y padecimientos y su atención a la constitución central y particularidades del temperamento individual”.

Tanto la gripe del 18 como la que seguiría en el 57, mostraría que la causa más común de muerte era la neumonía. El diagnóstico virológico y bacteriológico de los casos de autopsia encontró que el virus de la influenza estaba presente en el tejido pulmonar en alrededor de uno de cada cuatro casos y que la etiología bacteriana más común era Staphylococcus aureus y Escherichia coli, similar a los hallazgos de autopsia asociados con la gripe española 40 años antes. hubo informes de progresión de la tuberculosis pulmonar no tratada asociada con la aparición de la gripe asiática. En esta pandemia (1957) debido a la escasa disponibilidad de vacunas, solo se onoculó a grupos limitados y se empezó a trabajar en volver más ágil la producción de vacunas.  Fue también durante esta gripe, que muchos se dieron cuenta que los hospitalizados se volvían relativamente costosos para la sociedad en sacarlos adelante. Que había que evitar a toda costa el contagio. El El Dr. Bengt Körlof de Suecia estimó que una vacunación completa con la vacuna ahorraba la mitad de costos hospitalarios (sin contar el sufrimiento humano que evitaba).

En julio de 1968 apareció un nuevo virus. Se encontraron casos con desenlace fatal, en parte en pacientes con enfermedades predisponentes subyacentes y menos en personas completamente sanas. El material de autopsia encontró una gran proporción de pacientes con influenza verificada por cultivo y con traqueítis bronquitis hemorrágica y neumonías hemorrágicas, lo que indica un efecto tisular inducido por la influenza directamente. El problema de la vacunación fue similar al de 1957: no había dosis suficientes para todos. El sistema de detección temprana de casos, de medidas sanitarias, de aislamiento y distanciamiento social entró en vigencia, logrando mejor éxito en el control de la pandemia.

 

Estas epidemias dejaron una visión política y social de la influenza, como una enfermedad generalmente benigna, donde el problema es la gran cantidad de pacientes, y en parte evolucionaron las técnicas de elaboración de vacunas y de vacunación. Pero se consideraba que no se justificaba una vacunación general, sino en grupos de riesgo (enfermedades cardiovasculares, diabetes, trastornos metabólicos, etc.) debido a la alta mortalidad en estos grupos. Desde entonces se señalaba por los organismos mundiales de salud el problema de la gran cantidad de pacientes, y las limitaciones de los sistemas de salud para su tratamiento clínico en pacientes con daño severo sumando a ello los costos. Pero lo tardío de la producción de vacunas y su inoculación seguía siendo problema, ya que llegaban cuando la primera ola de gripe y en casos la segunda, había pasado.

Una revisión de los artículos de la prensa nacional durante la pandemia del 68 en sus puntos más intensos muestra en la mayoría de países: escuelas cerradas, medios de transporte que funcionan mal, críticas al gobierno por la mala preparación para la gripe, incumplimientos de normas sanitarias y distanciamiento social, retraso de vacunación. Todos ellos argumentos negativos, para reducir significativamente la incidencia de la enfermedad y evitar muertes. Se introdujeron prohibiciones de visitas en los hospitales y hubo que posponer las operaciones y descuidar tratamientos a pacientes crónicos. En algunos lugares especialmente países no desarrollados, enfrentaron una situación catastrófica, donde no se pudo ofrecer atención y otra ayuda médica.

Al finalizar cada evento pandémico, se repetía una y otra vez que una nueva pandemia agresiva del mismo tipo violento que la gripe española estaba por venir y que causaría una situación global catastrófica. Sin embargo –se decía- que el mundo estaba mucho mejor equipado para enfrentarla y se daban argumentos científicos al respecto: que muchos casos complicados lo son por infecciones sobreañadidas bacterianas, que se podían curar con antibióticos que se tenían disponibles. También se argumentaba que existían mejores oportunidades para desarrollar vacunas rápidamente y ya había acceso a medicamentos antivirales específicos y finalmente que los problemas serían mayores en las partes más pobres del mundo.

Silog XXI Una nueva era

Para inicios del siglo XXI, los sistemas sanitarios tenían la convicción que, dado que se había establecido los sistemas mundiales globales de detección-vigilancia, diferencia significativa en comparación con las del siglo XX y las redes globales para la contención de pandemias y brotes de infecciones, eso facilitaría el aparecimiento de cualquier pandemia. Dos infecciones detenidas en pleno siglo XXI: SARS y ebola, fueron exitosas al unificar y combinar las nuevas técnicas de tipificación de microorganismos, control epidemiológico con las de distanciamiento social e higiene personal lográndose: identificar los agentes causales, su detección temprana y sus causas, y gracias a reacciones rápidas higiénicas y sanitarias y el trabajo coordinado efectivo de control global de la trasmisión se evitó su pandemia.  El mundo científico ya era capaz de elaborar vacunas en corto tiempo y eficientes también.

¿Qué pasó con COVID-19?

Con toda la experiencia acumulada de atención a pandemias, con toda la tecnología de prevención y curación a mano; con toda una fuerza salubrista disponible; con una estructura social con más conocimiento y con mayor acceso y más rápido a una complejidad técnica, vías de comunicación y valores que compartir ¿Cómo es posible que las medidas de contingencia tan cuidadosa científica y técnicamente diseñadas sobre la base de un contexto social, salubrista-epidemiológico, médico-clínico, comercial e industrial fallaron ante una pandemia no diferente más que por el bicho que las anteriores?. Indudablemente todo ese esfuerzo científico y técnico, jamás llegó a merecer la importancia política ni social, como para una inversión adecuada en preparación en los aspectos preventivos y recursos clínicos que podía demandar. Pero tampoco eso explica todo el fracaso.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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