A pesar del uso generalizado de antimicrobianos, las enfermedades y complicaciones causadas por agentes microbianos aún ocupan una posición dominante en la patología humana. Entre las enfermedades infecciosas del área genital femenina, uno de los principales lugares lo ocupa la vaginosis bacteriana (VB).

Picazón, ardor, dolor e irritación, son síntomas comunes que torturan a las pacientes. De igual manera el examen ginecológico que incluye la inspección de la vulva, la vagina y su canal, así como la abertura de la uretra y el área perianal. Hay muchas causas diferentes de problemas vulvares. Deben tenerse en cuenta los cambios en la piel, la secreción, las ampollas y las llagas. Se deben descartar enfermedades de transmisión sexual y se deben realizar pruebas.

El tejido llamado epitelio vaginal está formado por varias capas de células. Las secreciones de la vagina contienen trasudados de la pared vaginal, moco producido en el epitelio glandular del canal cervical y secreciones del útero y las trompas. En las secreciones vaginales se secretan productos como glucosa, ácidos grasos, proteínas, electrolitos y hormonas. Además, hay células epiteliales rechazadas, células inflamatorias y microorganismos donde predominan los lactobacilos, pero también se presentan cantidades menores de bacterias anaerobias y aerobias y hongos.

 

Para que la microflora de la vagina esté en equilibrio, deben dominar los lactobacilos. Hay una gran cantidad de especies. Los lactobacilos necesitan glucógeno para producir lactato y, por lo tanto, dependen de que la membrana mucosa se vea afectada por los estrógenos.

Pero los lactobacilos también juegan un papel activo de protección, algunos de ellos producen peróxido de hidrógeno, que se considera que brinda una fuerte protección contra los patógenos. El pH bajo (<4,5) de la vagina se debe tanto al lactato como a la producción de ácidos orgánicos como el ácido acético. Después del coito y durante la menstruación, el pH se eleva temporalmente.

A veces, principalmente en mujeres más jóvenes, se observa una sobreproducción de lactobacilos con un pH muy bajo como resultado. Las células epiteliales se degradan (citólisis) por la baja acidez y el flujo puede dar lugar a quemaduras. Y esto desfavorece la protección y la entrada de bacterias patógenas.

De tal manera que se puede decir que la mucosa vaginal está adaptada a un entorno no estéril que está expuesto a diferentes tipos de antígenos y estímulos inflamatorios, por ejemplo, en relación con la actividad sexual. La activación de los neutrófilos es uno de los principales componentes del sistema inmunitario mediado por células. Las células epiteliales superficiales tienen la capacidad de iniciar una respuesta inflamatoria, que a su vez conduce al reclutamiento de células inmunitarias como macrófagos, linfocitos y células dendríticas. Hay un tipo de receptor de membrana, llamado Receptores tipo Toll (TLR) que se expresan en las células epiteliales de la vagina. La activación de estos conduce a la secreción de mediadores inflamatorios como citocinas y quimiocinas.

 

El papel del sistema inmunitario Humoral en la vagina es menos claro. En las secreciones vaginales, entre otras cosas. se han encontrado una serie de péptidos antimicrobianos, pero la importancia del papel de estas proteínas para infecciones específicas no se entiende completamente. Pareciera entonces que los lactobacilos que es la parte más importante del sistema inmunológico vaginal.

En el caso de la vaginitis o vaginosis bacteriana, lo que ha sucedido es que las condiciones de la zona ha dejado de favorecer la presencia de flora bacteriana protectora en la zona y ha sido reemplazada por flora bacteriana anaeróbica o dañina. Los síntomas: Secreción mal oliente, a veces con ardor y picazón. A menudo molestias después de la menstruación y las relaciones sexuales, pero algunas mujeres no presentan síntomas. El síntoma más común de la VG es la secreción maloliente, pero también se produce picor/ardor. El olor como a pescado estropeado es debido a la liberación de aminas y estas se liberan especialmente cuando el pH aumenta como durante la menstruación o en relación con coito.

La VB aumenta el riesgo de una serie de complicaciones diferentes, como un mayor riesgo de parto prematuro, infecciones posoperatorias después de la histerectomía e infecciones después de procedimientos vaginales como el aborto y la colocación de dispositivos intrauterinos.

La vaginosis bacteriana es una de las causas más comunes de malestar genital en mujeres en edad reproductiva. La prevalencia varía desde alrededor del 10% en mujeres embarazadas y mujeres que son examinadas en relación con la toma de muestras para la prevención del cáncer de cuello uterino hasta un 30% entre mujeres en clínicas de aborto

Existe un vínculo entre el comportamiento sexual y el riesgo de VB, pero si la VB debe considerarse una enfermedad de transmisión sexual es un tema muy controvertido. Un estudio de 2011 mostró una cosa muy curiosa. Mostró que las mujeres con una nueva pareja durante el período de seguimiento tenían una frecuencia de curación en 24 meses del 33 % en comparación con el 73 % si tenían la misma pareja.

El diagnóstico es por observación y laboratorio. No hay cifras confiables de incidencia y prevalencia actuales para VG y tampoco para candidiasis, un tipo de hongo. OMS ha estimado que alrededor de 75 % de todas las mujeres sufren de una infección por hongos candidiasis, al menos una vez durante su vida fértil. Las infecciones fúngicas ocasionales de la vagina se tratan fácilmente con o agentes antifúngicos orales. Surgen problemas sin embargo, en el 5-8% de las mujeres en edad fértil que sufren de recurrencia, generalmente definida como al menos cuatro infecciones / año, de las cuales al menos dos episodios de cultivo o Candida verificada microscópicamente.

Problemas que causan a la salud y el bienestar de las mujeres son varios pero nada más dramático que su afección a su vida sexual. El dolor durante el coito vaginal (dispareunia) es un problema común que afecta la función sexual, la relación y calidad de vida. Muchas mujeres con larga duración del problema, no buscan ayuda o tienen dificultad para abordar el problema o la buscan en donde no deben sin ser diagnosticada ni atendida adecuadamente. El 75% de las mujeres con dolor vulvar provocado localizado (vestibulodinia) informan que han tenido infecciones fúngicas genitales recurrentes anteriormente en la vida.

 

El papel principal en el tratamiento de la VG se asigna a los antibióticos y antisépticos. El tratamiento es difícil y desafiante, en parte porque es difícil de precisar, pero también porque el tratamiento generalmente no es tan exitoso. Pero muchos casos que se vuelven crónicos consumen alto número de esquemas de tratamientos y diferentes de estos. Sin embargo, los medicamentos antibacterianos, junto con el efecto antimicrobiano, causan alteraciones disbióticas pronunciadas en numerosos nichos ecológicos y crea condiciones favorables para el desarrollo de formas recurrentes de la enfermedad. En este sentido, es de gran interés práctico y científico encontrar nuevos métodos para corregir los cambios disbióticos que proporcionen una limitación razonable de la carga antibacteriana y proporcionen una desintoxicación fisicoquímica artificial del cuerpo con un mínimo de efectos secundarios.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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