Mujer de 52 años que trabajaba como empleada de lavandería en un asilo de ancianos, con antecedentes de 2 años de asma no dependiente de esteroides y bronquitis crónica, fumadora. Un día estuvo expuesta a vapores de lejía sin diluir de un balde abierto, cerca de una secadora de ropa en funcionamiento durante 10 a 15 minutos. Se quejó de dificultad para respirar, usó su inhalador de albuterol, pero colapsó. Se le llevó al hospital y se le realizó reanimación cardiopulmonar e intubación en el lugar. Nunca recuperó el conocimiento y murió 5 días después en el hospital.

Los productos de limpieza están compuestos por varios agentes químicos, incluidos desinfectantes, surfactantes, solventes y fragancias, que pueden tener un impacto perjudicial en la salud. Los trabajadores de limpieza pueden estar expuestos a altos niveles de químicos en productos de limpieza durante su trabajo. En particular, las tareas de limpieza en el ámbito sanitario implican el uso frecuente de desinfectantes para evitar la transmisión de patógenos infecciosos. Hay evidencia acumulada de que la exposición a productos de limpieza causa problemas de salud crónicos. El caso mencionado arriba es un ejemplo de lo más dramático.

En el mundo, aproximadamente 5,000 productos pesticidas antimicrobianos están registrados en las Agencias de Protección Ambiental. Los productos pesticidas antimicrobianos se formulan en aerosoles, líquidos, polvos concentrados y gases. La exposición ocupacional a desinfectantes (p. ej., glutaraldehído), productos de limpieza (p. ej., lejía) o sanitizantes (p. ej., compuestos de amonio cuaternario [QAC]) pueden causar síntomas irritantes agudos, sensibilización respiratoria y cutánea y asma.

Poca información se tiene sobre los riesgos de la exposición ocupacional a los plaguicidas antimicrobianos. Se sabe poco sobre la magnitud y las características de las enfermedades agudas por plaguicidas antimicrobianos entre los trabajadores y amas de casa, a pesar de que los pesticidas antimicrobianos (p. ej., esterilizadores, desinfectantes y sanitizantes) son sustancias químicas que se utilizan para destruir o suprimir el crecimiento de microorganismos dañinos en superficies y objetos inanimados.

 

Muchos negocios, instituciones y hogares, pero especialmente hogares y establecimientos educativos y de salud, utilizan pesticidas antimicrobianos para prevenir la transmisión de patógenos desde superficies ambientales contaminadas. Se conoce que las exposiciones ocupacionales a pesticidas antimicrobianos, causan efectos adversos para la salud. Para evaluar la naturaleza y la frecuencia de tales exposiciones, en diversos entornos, en países desarrollados, se han analizado datos de programas de vigilancia por pesticidas, que han permitido ya identificar casos de enfermedades relacionadas asociadas con exposiciones a pesticidas antimicrobianos.

La mayoría de los casos que ocurren son en mujeres trabajadoras de limpieza. El mecanismo de lesión informado generalmente es por salpicaduras/derrames. Los ojos son el órgano/sistema más comúnmente afectado y solo el 15% de las personas que tuvieron exposición mientras manipulaban pesticidas antimicrobianos, informaron usar protección para los ojos. Los síntomas encontrados son en su mayoría leves y temporales, pero se pueden encontrar muertes como en el caso presentado.

 

Pero no solo derrames son la causa de morbilidad; la exposición constante es importante también como causa de enfermedad. Los estudios han encontrado que los trabajadores de limpieza tienen una mayor prevalencia de enfermedades de piel e irritación respiratoria, en comparación con otros grupos ocupacionales. Además, los estudios informan que los trabajadores de limpieza, tienen una mayor incidencia de asma asociada con la exposición a agentes de limpieza y desinfectantes.

Efectos en la salud de gravedad han sido reportados (p. ej., hospitalización y tiempo de trabajo perdido), teniendo como causa: toxicidad de pesticidas, ingredientes activos y naturaleza de la exposición (p. ej., tipo de actividad, tipo de exposición y uso de protección). Aunque la mayoría de los casos (85%) tienen una enfermedad de baja gravedad puede esperarse que alrededor de un 15% tengan enfermedad de gravedad moderada, y en menos de 1% se produzca la muerte. Los síntomas/signos oculares (p. ej., irritación/dolor ocular y conjuntivitis) fueron los efectos sobre la salud experimentados con mayor frecuencia, seguidos de los neurológicos (p. ej., dolor de cabeza y mareos), respiratorios (p. ej., irritación/dolor de garganta, tos y disnea) y dérmicos (p. ej., irritación y sarpullido) (24 %). Entre los casos con síntomas/signos respiratorios, alrededor del 10% son personas con asma y enfermedad respiratoria crónica.

Se ha encontrado que los ingredientes activos más comunes responsables de las enfermedades han sido los compuestos de amonio cuaternario (QAC) (38 %), el glutaraldehído (25 %) y el hipoclorito de sodio (18 %). La mayoría de casos, tres de cada cuatro, son en personas expuestas mientras manipulan pesticidas antimicrobianos y en resto en transeúntes.

En nuestro medio, entre las personas que regularmente manipulan pesticidas antimicrobianos, una de cada tres no usa algún tipo protección que incluye principalmente ropa o batas de trabajo, guantes y lo menos usado es protección para los ojos, incluidos anteojos de seguridad y menos del 5 % máscaras quirúrgicas o respiradores.

Sería importante que el sistema de salud estableciera vigilancia y estudios sobre la magnitud y las características de las enfermedades agudas causadas por pesticidas antimicrobianos. Estos productos químicos se utilizan con mucha frecuencia. Hay grupos a mayor riesgo que otros, por ejemplo, los trabajadores de la salud, tienen una mayor prevalencia de asma en comparación con la población laboral general y debido a su potencial de exposición ocupacional, es posible que experimenten enfermedades con más frecuencia debido a exposición de pesticidas antimicrobianos.

Los síntomas oculares por efecto adverso para la salud, sugiere la importancia de usar protección para los ojos y la necesidad de mejorar el diseño del producto o el equipo de manejo para evitar salpicaduras.

La exposición peligrosa a los pesticidas antimicrobianos y las enfermedades subsiguientes se pueden minimizar mediante prácticas laborales seguras y una comunicación eficaz. 1º elegir productos pesticidas antimicrobianos menos peligrosos, si están disponibles; 2º  informar a los empleados sobre los peligros para la salud de los antimicrobianos utilizados en sus instalaciones; 3º brindar capacitación sobre el manejo seguro de pesticidas antimicrobianos de acuerdo con las instrucciones de la etiqueta (p. ej., usando cantidades/diluciones apropiadas); 4º proporcionar Equipo apropiado, asegurarse de que esté convenientemente ubicado y promover su uso; 5º mejorar la comunicación de riesgos cuando se usan pesticidas antimicrobianos (p. ej., colocar letreros donde se usan antimicrobianos); y 6º alentar a los empleados a informar y buscar tratamiento por cualquier enfermedad/lesión que surja de la exposición a pesticidas antimicrobianos.

Una nota de atención. A menudo se observan diferencias de género en la percepción de síntomas de salud, comportamientos de protección de la salud y búsqueda de atención médica, y las mujeres generalmente informan tasas más altas de síntomas somáticos. Estos patrones también se observan en las respuestas a la exposición química. Los estudios han demostrado que las mujeres son entre un 14 % y un 30 % más sensibles a los estímulos olfativos, tienen umbrales de detección más bajos y presentan una mayor prevalencia de molestias ambientales relacionadas con los olores, como la intolerancia química a síntomas de salud o enfermedades relacionadas con el trabajo. Entre los trabajadores de limpieza, se demostró que las mujeres tienen una mayor prevalencia de síntomas dermatológicos o de irritación que los hombres. Por otro lado, también se ha informado que las mujeres tienen tasas más altas de asma agravada por el trabajo o enfermedades por pesticidas que los hombres. En el manejo de este tipo de enfermedades, tanto el sistema preventivo como el curativo, debe tomar en consideración las diferencias de género.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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