Alfonso Mata

Desde el principio de la pandemia, la parte del virus SARS-CoV2 llamada “proteína de pico” es la que ha atraído el interés mundial y también de los antivacuna.

Pero la famosa proteína S es nada, sin sus compañeras proteínas y nosotros. Nuestro endotelio vascular es un actor importante en la enfermedad y muerte asociadas con COVID-19. El endotelio es un sistema de células que recubren y protegen el interior de nuestros vasos sanguíneos. El SARS-CoV2 daña el endotelio provocando coágulos de sangre, infarto de miocardio, embolia pulmonar y accidente cerebrovascular. Se desconoce el mecanismo completo por el cual se desarrollan esos fenómenos de parte del SARS-CoV2.

Y entonces para estudiar todo esto se utilizan los pseudovirus, que se desarrollaron por primera vez hace más de 50 años y contienen la capa externa del virus, pero carecen de los genes virales necesarios para reproducirse. En el caso de la COVID-19 el pseudovirus se recubre con la proteína de pico para investigar los efectos de la proteína viral en las células endoteliales. Entonces en los estudios en hámsteres tratados con el pseudovirus recubierto de proteína de pico, se encontró un daño pulmonar similar al observado en humanos infectados con SARS-CoV2. Cuando los investigadores agregaron pseudovirus a las células endoteliales cultivadas, encontraron que las mitocondrias dentro de las células estaban dañadas. Dado que las mitocondrias son responsables de proporcionar energía a las células, su disfunción puede provocar la muerte celular.

Cuando se expusieron arterias pulmonares aisladas a la proteína de punta que transportaba pseudovirus, hubo alguna alteración en la capacidad de dilatación de los vasos sanguíneos. La disminución de la capacidad para expandir los vasos sanguíneos que sirven a los pulmones podría afectar la capacidad del cuerpo para absorber oxígeno de los pulmones dañados por el virus.

La novedad de este estudio fue el descubrimiento de que la proteína de pico en sí misma causa daño y que la vía desencadenada por la proteína de pico podría explicar las complicaciones cardiovasculares generalizadas que se desarrollan en los pacientes con COVID-19.

El hallazgo científico encontrado, dio la pauta para que los escépticos de las vacunas promocionaran los hallazgos como una prueba de que las vacunas COVID-19 desarrolladas recientemente son peligrosas. Después de todo, si las vacunas COVID-19 producen proteína de pico para activar la inmunidad, y esa misma proteína de pico causa daño, entonces las vacunas no son realmente diferentes de la enfermedad para la que están diseñadas.

Hubo entonces que luchar contra el argumento planteado por los escépticos. Todas las vacunas COVID19 se inyectan en el brazo en el musculo llamado deltoides, donde son absorbidas por las células musculares. La vacuna permanece en gran parte contenida cerca del sitio de inyección. Las células musculares locales que ingieren la vacuna producen la proteína de pico y la colocan en su superficie donde es reconocida por el sistema inmunológico. La vacuna que no es absorbida por el músculo se drena hacia los ganglios linfáticos locales donde las células linfáticas absorben la vacuna y de manera similar producen anticuerpos contra la proteína de pico. Las células linfáticas son responsables de activar las células T y B, que son pasos importantes para generar inmunidad.

Pero hay algo más que se sabe. La proteína de pico une el SARS-CoV2 a las células a través de un receptor llamado ACE2. Para interactuar completamente, la proteína de pico debe sufrir un cambio conformacional que no se realiza con la vacuna; los equipos de investigación crearon una forma de ingeniería de la proteína de pico que no puede realizar el cambio de forma necesario para unirse eficazmente a las células. Todas las vacunas de ARNm utilizan esta proteína de pico inactivada. Este interruptor de seguridad limita la capacidad de la proteína de pico de unirse a ACE2 y limita su capacidad de causar daño. Además de modificar la proteína de espiga, para que no se pueda activar por completo, la proteína se etiqueta con una pieza adicional llamada «ancla transmembrana». El ancla transmembrana permite que la proteína espiga aparezca en la superficie (o membrana) de la célula, y se mantiene en su lugar mediante el ancla evitando que la proteína de pico se aleje y se mantenga donde debe estar para que el sistema inmunológico reconozca la proteína extraña.

En resumen: las proteínas de pico de las vacunas son diferentes a la forma natural; su forma diseñada evita la activación, limitan la expresión de la proteína de pico a activar la inmunidad que las vacunas están diseñadas para producir. Irónicamente, los estudios han mostrado que el anticuerpo generado por la vacunación y / o el anticuerpo exógeno contra la proteína [pico] no solo protege al huésped de la infectividad del SARS-CoV-2 sino que también inhibe la lesión endotelial impuesta por la proteína [pico]» En otras palabras, las proteínas de pico que utilizan las vacunas actualmente disponibles ofrecen una doble capa de protección.

Y entonces qué pasará con las otras vacunas que no son ARNm. Los expertos en la fabricación de vacunas consideran que aún no está claro pese a haberse probado en varias enfermedades, que las vacunas ARNm sean efectivas contra esas enfermedades, no está claro por qué las vacunas de ARNm no funcionaron tan bien contra esas enfermedades y eso habrá que comprenderlo antes de descartar otras tecnologías de vacunas. Por otro lado, el envío y almacenamiento de vacunas de ARNm todavía requiere una infraestructura que no está disponible en muchos lugares. Por último, la idea de la democratización de las vacunas se basa en la capacidad de muchas naciones para fabricar sus propias vacunas. Sin ampliar y actualizar sus tecnologías de fabricación, las instalaciones de muchos países de ingresos bajos y medios no podrán fabricar vacunas de ARNm.

Es indudable que el desarrollo de vacunas ARNm puede ser más rápido que el de las vacunas más tradicionales, pero todavía hay complejidad en el proceso de su fabricación y en los procesos necesarios para producir la materia prima crítica: el ADN. Como resultado, es poco probable que las vacunas de ARNm en estos momentos, vayan a descentralizar la fabricación de otras vacunas. La descentralización no ocurrirá a menos que haya personas en todo el mundo que estén debidamente educadas y capacitadas para llevar a cabo la variedad de actividades necesarias para hacer realidad la producción de vacunas. Esa necesidad es independiente de la plataforma de vacunas que se utilice.

La gran pregunta sobre estas vacunas de ARNm es que a pesar de que han hecho un buen trabajo hasta ahora, parece que la inmunidad puede comenzar a disminuir después de meses o año. ¿Es eso algo inherente a la inmunidad con las vacunas de ARNm? Aún está esto por verse.

Hay que estar claros:

1º No todas las tecnologías de vacunas funcionan para todos los objetivos. Podemos elaborar todo tipo de vacunas que funcionan muy bien en papel, pero la madre naturaleza no lee los libros de texto. Ella hace lo suyo. Al final del día, usamos las vacunas que ella y el sistema inmunológico dicen que funcionan.

2º Las vacunas de ARNm son vacunas que no le hacen nada al ADN celular. Son instrucciones para el pico de la proteína, su cuerpo combate el pico y luego el ARNm y el pico desaparecen y todo lo que queda es el recuerdo de cómo combatir la enfermedad.

 

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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