El premio Nobel de Medicina reconoció hoy a los científicos estadounidenses David Julius y Ardem Patapoutian, por su descubrimiento de receptores de temperatura y tacto.
Julius y Patapoutian centraron su trabajo en el campo de la somatosensación, la capacidad de órganos especializados, como los ojos, las orejas y la piel para ver, oír y sentir.
«Esto resuelve de verdad uno de los secretos de la naturaleza», dijo Thomas Perlmann, secretario general del Comité del Nobel, al anunciar a los agraciados. «En realidad es algo crucial para nuestra supervivencia, de modo que es un descubrimiento muy importante y profundo».
Julius, de 65 años, utilizó la capsaicinia, el componente activo de los chiles, para identificar los sensores nerviosos que permiten a la piel responder al calor, explicó Patrik Ernfors, del Comité del Nobel.
Por su parte, Patapoutian identificó sensores en las células que responden a la estimulación mecánica, indicó.
Los dos compartieron el año pasado el prestigioso premio Kavli de Neurología.
«Imaginen que caminan descalzos por un campo en esta mañana de verano», dijo Ernfors. «Pueden sentir el calor del sol, el fresco del rocío de la mañana, una suave brisa veraniega y la fina textura de las hojas del pasto bajo sus pies. Estas impresiones de temperatura, tacto y movimiento son sensaciones que dependen de la somatosensación».
«Esta información fluye de forma continuada desde la piel y otros tejidos profundos y nos conecta con el mundo externo e interno. También es esencial para tareas que realizamos sin esfuerzo y sin pensarlo mucho», dijo Ernfors.
Perlmann dijo que había podido localizar a los dos ganadores antes del anuncio.
«Sólo tuve unos pocos minutos para hablar con ellos, pero estaba increíblemente contentos», dijo. «Y hasta donde yo sé, estaban muy sorprendidos y un poco conmocionados, quizá».
El premio del año pasado fue para tres científicos que descubrieron el virus de la hepatitis C, que causa estragos en el hígado. Su logro llevó al desarrollo de curas para esa enfermedad mortal y de pruebas diagnósticas para evitar que se propagara por bancos de sangre.
El prestigioso premio incluye una medalla de oro y 10 millones de coronas suecas (unos 1,14 millones de dólares). El premio procede de un fondo dejado por el creador del premio, el inventor sueco Alfred Nobel, fallecido en 1895.
El premio de medicina es el primero en entregarse este año. El resto de galardones reconocen los logros en los campos de la física, la química, la literatura, la paz y la economía.