En Guatemala el líder del movimiento pro vida y familia es el presidente, Alejandro Giammattei. Foto La Hora/Presidencia

Uno de los pocos asideros que tiene el régimen ahora es el movimiento que se proclama defensor de la vida y de la familia, alrededor del cual se está forjando una hipócrita legislación promovida abiertamente por el mismo Giammattei quien presume como el líder de ese nuevo movimiento político que apunta al conservadurismo, muy del diente al labio, existente en nuestra sociedad.

El hecho de que la familia sea el pilar de la sociedad es algo que nosotros sostenemos, lo mismo que el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Cuando llegó el momento, al discutirse la actual Constitución Política de la República, sostuvimos nuestros puntos de vista a favor de ambos conceptos porque creemos en ellos y respaldamos la intensa batalla que libró José García Bauer en la Asamblea para que nuestra Carta Magna protegiera la vida de los no nacidos, pero también peleamos, sin éxito, por lograr la abolición de la pena de muerte, contraria a ese principio de defensa de la vida.

En el mundo entero el Movimiento Pro Vida se ha ido utilizando como herramienta útil para hacer crecer fanáticos movimientos políticos y así hemos visto cómo gobiernos populistas lo usan, junto al tema de la protección de la familia, aunque quienes manosean los temas sean personas obviamente poco comprometidas con esos valores. En Estados Unidos el gran líder del Movimiento Pro Vida y Pro Familia es Donald Trump, el mismo que aseguró que él podía agarrar a cualquier mujer de sus partes íntimas sin temor a consecuencias, entre muchas otras acciones y expresiones que demuestran la fragilidad de su concepto moral.

En Guatemala el líder es Giammattei, a quien nada le importó la obligación del Estado de proteger la vida humana y en vez de esmerarse en acelerar la compra honesta de vacunas que hubieran salvado vidas, anduvo de arriba para abajo hasta que tuvo alguna oferta, de los rusos, que a él le pareció agradable. Muchos guatemaltecos han muerto por ello mientras el ejemplo de valorizar a la familia habrá que buscarlo con lupa.

¿Qué ha hecho su gobierno para contrarrestar la desnutrición que tantas vidas cobra en Guatemala? Es inaudito que usemos el aborto como única bandera Pro Vida a pesar que en el país la vida del nonato está protegida desde el momento de la concepción, pero que nos desentendamos de otras muertes, de miles de muertes, producto de la corrupción en áreas como salud y seguridad ciudadana. Es realmente hipocresía manosear esos temas políticamente cuando el compromiso con la vida debe ser absoluto y comprobable.

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