Sergio Penagos

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Sergio Penagos

Este desgobierno del latrocinio y la desvergüenza se ha caracterizado, desde la toma de posesión, por ser fanático de la improvisación y la intolerancia. No se le ha visto una acción debidamente planificada, ni mucho menos una conclusión digna de ser elogiada o reconocida como medianamente buena. En nuestro medio, a esta empírica forma de administrar se le llama al tun tun; es decir, tocar el tambor y esperar que suene una melodía agradable. Pero con este grupo de rapaces e incapaces, en ningún momento la música ha hecho su aparición, sólo el estruendo del discurso del tamborero oficial.
Si no hay investigación y estudio, no es posible definir y delinear los proyectos. Luego si no se cuenta con una serie de proyectos con un mismo propósito, no podemos contar con un programa claramente establecido. De la misma forma, un conjunto de programas, armónicamente estructurados, constituye un plan, en el cual participarán varias instituciones. Es absurdo esperar que funcione el publicitado Plan Nacional de Vacunación, si no se han definido los proyectos que sostendrán los programas; ni mucho menos las instituciones involucradas en las actividades, ni los insumos requeridos, en otras palabras, esta lista de deseos no es un plan.

https://www.mspas.gob.gt › vacunacion-contra-covid-19

“El 23 de noviembre de 2020 se estableció el Comité de Coordinación Nacional para la Vacunación Contra la COVID-19 (CNVCOVID-19) a través del Acuerdo Ministerial N° 0262-2020 con el propósito de definir y coordinar la elaboración e implementación del Plan Estratégico Nacional de Vacunación contra la COVID-19 y las acciones relacionadas. Con lo anterior, se garantiza una estructura y procesos de toma de decisiones sólido, transparente y con rendición de cuentas para asegurar a la población que el despliegue de la vacuna contra la COVID-19 se realiza analizando la información más actualizada con rigor científico y velando por la seguridad de las personas”. La ausencia de comas es notoria en esta elocuente muestra del axioma: si quiere que un plan no avance y fracase, asígnelo a un comité.

“Para facilitar la introducción (sic) de la vacuna contra la COVID-19 el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) estableció el Comité Nacional de Coordinación para Vacunación contra COVID-19 (CNVCOVID) a través del Acuerdo Ministerial No 0262-2020, con la finalidad de desarrollar e implementar el plan estratégico nacional de vacunación contra la COVID-19. Para que el país pueda implementar de manera oportuna y adecuada la vacunación contra la COVID-19, es precisa la coordinación multisectorial, con técnicos de alto nivel de las unidades específicas del MSPAS, así como los socios estratégicos del país”. Continúa con las excusas para disfrazar las deficiencias del plan. “La progresión entre fases y necesidad de recurso humano se establecerá de acuerdo con la disponibilidad de vacuna que depende de la capacidad global de producción. Cada fase incluye sub-fases que permiten desagregar y priorizar los grupos poblacionales que serán vacunados de forma progresiva en la medida que se incremente la disponibilidad de vacunas en el país”.

“El Estado de Guatemala garantiza la vacunación de forma gratuita, universal y voluntaria de la población del país, asegurando el financiamiento necesario para la adquisición de las vacunas mediante el Decreto Legislativo 01- 2021, “Ley para el Financiamiento y Adquisición de Vacunas contra el Coronavirus COVID-19”, esta ley le asigna al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social Q1,500,000,000.00 para la adquisición de vacunas; para ello el Ministerio de Salud realiza las gestiones de adquisición de vacunas a nivel internacional, que permitan contener el avance del contagio del virus y de la pandemia”.

El Presidente anuncia, el lunes 5 de este mes, con bombos y platillos, el pago del 50% del costo de la vacuna rusa, como un anticipo para garantizar la compra, por un valor de Q614.50 millones, confiando en que los proveedores enviarán, en el menor tiempo posible las tan necesitadas vacunas. Según lo anunció el presidente ingresarían al país en los próximos quince días, los que ya se cumplieron y sobrepasaron. De acuerdo con este plan, cuando lleguen las vacunas al aeropuerto, deberán esperar el cumplimiento de seis engorrosos pasos de un absurdo trámite burocrático de desaduanaje, antes de ser enviadas a los diferentes centros de vacunación. Pero, todo está fríamente calculado con rigor científico.

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