La llamada nueva ola de contagios de Covid 19, que explotó luego de la Semana Santa, sigue creciendo y ya no sólo se habla de la saturación hospitalaria sino también de que se están agotando las medicinas que se usan para el tratamiento de los pacientes más complicados, lo que nos puede dar una idea de cuánto se ha complicado la situación y del efecto que tuvo ese notorio y masivo relajamiento de las medidas elementales de precaución. Es cierto, y se entiende, que tras un año de limitaciones la gente se pueda sentir cansada y que por ello se produjera esa movilización extrema que nos está pasando la factura; también es comprensible que la ausencia de suficientes vacunas haya significado que mucha gente perdiera la esperanza de que pronto se vería inmunizada frente al virus y que ambos factores, cansancio y desesperanza, tuvieran un papel que jugar en el comportamiento colectivo.
Sin embargo, es un hecho probado que el uso de la mascarilla, la distancia social y la higiene siguen siendo una barrera para los contagios y por ello no sólo no debemos descuidarnos ni bajar la guardia, sino que, en las condiciones actuales y con las altas tasas de casos positivos que se están dando, se debe incrementar el cuidado personal sabiendo que, de entrada, cualquier complicación puede tener severas consecuencias por la saturación hospitalaria.
Las autoridades de Salud, que ya adelantaron que puede producirse escasez de medicamentos necesarios para el tratamiento de pacientes críticos, tienen que realizar todas las acciones necesarias para adquirirlos porque esta ola de contagios no va a desaparecer como por arte de magia. Por el contrario, tenemos que prepararnos para que la misma se mantenga, cuando menos, durante algún tiempo más y no hay que esperar a que estén vacías las bodegas de los hospitales para hacer los requerimientos.
La situación es verdaderamente crítica y no se resolverá con las medidas temporales adoptadas por el gobierno en la última resolución. Ya vimos que en Estados Unidos se ha emitido una advertencia a potenciales viajeros en la que avisan del alto nivel de contagios que hay en el país y que constituye un riesgo para quienes vengan, citando al departamento de Guatemala como uno de los de mayor riesgo.
Tristemente nos falta todavía mucho tiempo para disponer de suficiente cantidad de inmunizados para pensar en el fin de las medidas de precaución y por lo tanto tenemos que hacer parte de nuestra vida y de nuestra costumbre el mantener las normas esenciales para evitar los contagios.