Víctor Ferrigno F.
Al Comité de Unidad Campesina, en su 43 aniversario.
En el marco de la peor pandemia que ha conocido la humanidad, nos acosan nuevas y viejas amenazas, como la falta de sistemas de salud, la pobreza, el hambre, la migración forzada, la corrupción y los algoritmos, esa serie de modelos matemáticos para ordenar procesos, que hacen funcionar las computadoras, los teléfonos y el internet, que manipula nuestro entendimiento y nos conduce a falsas verdades, a la post-verdad, al bulo. Nunca como ahora, somos manipulados cual borregos al despeñadero.
En Guatemala estamos entrando a la tercera ola del Covid-19, en el marco de una crisis sanitaria en la cual los hospitales están colapsados, con ocupaciones del 300% por casos graves, y las únicas vacunas con las que se cuenta provienen de la cooperación internacional. Según la Fundación latinoamericana Avina, que monitorea la vacunación mundial, solamente el 0.77% de la población guatemalteca ha sido vacunada y, a este ritmo, la cobertura de toda la población podría tardar más de 15 años.
Todo ello mientras aparecen nuevas cepas, los países ricos acaparan las vacunas, dejando desprotegido al Tercer Mundo, por lo que no se está pudiendo lograr la inmunidad de rebaño, y de oleada en oleada, hemos llegado a un tsunami global, de muy largo plazo, que arrasa la salud, la libertad y la economía mundial.
En plena recesión económica, la inseguridad alimentaria se cuadruplicó en Centroamérica en los últimos dos años, según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), afectando a 8 millones de personas que, desesperadas se ven obligadas a migrar. De 2010 a la fechas, casi un millón de guatemaltecos han sido deportados.
Esta desesperanzadora realidad ha llevado al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) a declarar que “Las familias centroamericanas no están migrando, están huyendo… estos niños y sus padres, que ahora están en México, escaparon de la criminalidad de las pandillas, la violencia doméstica, la pobreza, los devastadores huracanes y la pérdida de empleos debido a la pandemia en sus países de origen. Entonces, ¿por qué regresarían? A menudo, no hay nada a lo que puedan volver”, refirió el Director.
Además, dan cuenta que de enero a la fecha el número de niños no acompañados se ha multiplicado por diez, en los centros de acogida de la frontera norte de México.
Para enfrentar al Coronavirus las farmacéuticas, los gobiernos y la élite económica que rige el mundo están decidiendo sobre nuestra salud, sobre nuestra economía y sobre nuestra libertad, sin que la humanidad reaccione con la suficiente energía para definir cuál es el futuro pos pandemia que queremos construir, con el menor costo social, económico y ambiental.
A esta abulia de la humanidad contribuye enormemente la manipulación de la voluntad ciudadana mundial, a través de los medios de comunicación, las redes sociales, las computadoras y los teléfonos, y la educación a distancia.
Según el doctor Eduardo Martínez, consultor de UNICEF, “La manipulación de algoritmos, apoyada en marcos analíticos seudocientíficos, pretende predecir variables socio-económicas y políticas: control social (bases de datos personales), seguridad (detección de riesgos terroristas, individuos peligrosos), finanzas (evaluación crediticia), profesional y empleo (selección de personal, inspecciones automatizadas), el comercio electrónico (reparto de mercancías, servicios), el derecho electrónico (regulación), el arte y el entretenimiento (perfiles de usuario, sugerencias de música y videos), relaciones personales (sitios de encuentro en Internet). La llamada Economía Digital es una mal disfrazada reencarnación de la economía neoliberal”.
Es muy difícil asegurar qué sucederá en el sistema-mundo actual, pero en una época donde la gente se entera de las noticias en tiempo real, es previsible que cuando la humanidad abra los ojos, asistamos a una respuesta tan violenta y generalizada, que la civilización que conocemos actualmente desaparezca, y de la robótica regresemos a las cavernas. ¿Exagerado? Ya verán.