Samuel Flores
Las restricciones contenidas en el Acuerdo Gubernativo emitido por la Presidencia en consejo de ministros, para contener el incremento de casos de la pandemia es una medida improvisada que busca el control de las fuerzas de seguridad sobre la población tomando como excusa el creciente incremento de casos de COVID-19.
Pese a que el tablero Covid-19 reporta 7,221 fallecidos, 14,569 casos activos, y 212,734 casos acumulados, esa medida provoca el rechazo desde la Vicepresidencia, comerciantes, empresarios, organizaciones civiles, indígenas y campesinas y la sociedad.
El estado de Prevención contempla la restricción: “Sin manifestaciones y celebraciones públicas. Faculta a las fuerzas de seguridad para disolver las manifestaciones que ponen en peligro la salud”. Ese mismo acuerdo contempla la restricción “Destinos” que autoriza a la PNC a preguntar a los viajeros entre departamentos a dónde se dirigen y el motivo del viaje”, bajo el pretexto de evitar acceder a lugares con altos índices de contagios.
Es indudable que el mandatario busca el control de la población, -lejos de combatir la pandemia-. Estas limitaciones debió imponerlas antes de la Semana Santa; sin embargo, Giammattei fue el primero en incitar el éxodo de guatemaltecos a las playas pues el 3 de marzo 2021, en el marco de la entrega de cinco mil dosis de vacunas a las autoridades del IGSS, recomendó proteger y vacunar al Cuerpo de Salvavidas de esa institución, para resguardar las playas del país durante la Semana Mayor. Esa fue una invitación tácita o sobre entendida que incitó a la población a viajar a las playas, ignorando la pandemia.
Los guatemaltecos tenemos la opción de expresar su rechazo ante la creciente ola de frustración e insatisfacción por las denuncias de corrupción y asalto a las instituciones tal como ocurrió con la no juramentación de la magistrada Gloria Porras a la Corte de Constitucionalidad.
Además, el análisis a la Ejecución Presupuestaria del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, elaborado por el Instituto por la Democracia, ID; de CONGCOOP, revela recortes presupuestarios que no fortalecen el enfoque dirigido a la prevención de enfermedades ni a mejorar la situación de la red hospitalaria del sistema público de salud.
La deficiente ejecución presupuestaria del MSPAS que al 13 de abril 2021, alcanza un pírrico 23% de un presupuesto vigente de Q11,353.16 millones, muestra que existe poca atención a programas dirigidos a la prevención del VID/SIDA, prevención de la tuberculosis y enfermedades vectoriales y zoonóticas, mortalidad de la niñez y desnutrición crónica y prevención de la mortalidad materna y neonatal.
El mandatario, en vez de contemplar la eventual compra hospitales modulares a una empresa española para contener la tercera ola de contagios, debería aprovechar el viaje para agilizar la llegada de las vacunas Sputnik V y AstraZeneka a fin de iniciar un verdadero plan de vacunación a nivel nacional.
Costa Rica y El Salvador lideran efectivas campañas de vacunación en Centro América. Guatemala con un gobierno que privilegia políticas económicas, antes que la salud de la población, brilla por su deficiente manejo del plan de vacunación.