Por Jorge Santos
La Alianza Criminal liderada por la oligarquía tradicional, degradada al título de Élite Depredadora, ha tomado la senda del rompimiento constitucional y para ello ha ordenado violar la ley y garantizarse así más impunidad. Graves riesgos nos deparan a la sociedad guatemalteca luego de las últimas decisiones tomadas en el Congreso de la República y que han desencadenado la última fase del proceso de cooptación institucional, para los fines de dicha Alianza.
Las y los nuevos integrantes de la Corte, no son más que una banda delincuencial que producirá grandes males al país y que impactará en la vida cotidiana de las y los guatemaltecos. Este cartel de abogados mafiosos y sin escrúpulos producirán sin lugar a dudas el mayor de los agravios de la breve y débil vida democrática que tuvimos en el país. La sociedad guatemalteca, debe de estar alerta y atenta, frente a al menos cinco procesos que podrán decidir esta nueva Corte y con ello la consolidación de un Régimen autoritario que busque como único horizonte la impunidad y sin capacidad para garantizar vida digna.
Los graves riesgos en su toma de decisiones, se podrán evidenciar en los siguientes cinco procesos, el primero consistirá en generar un amplio espectro de impunidad a los implicados en graves violaciones a los derechos humanos y con ello el cese a la posibilidad de construir un sistema de justicia fuerte y capaz de juzgar a quienes desde el poder cometieron graves crímenes como la tortura, el Genocidio, masacres y ejecuciones extrajudiciales y con ello abrirán las puertas a que este tipo de delitos, pueda volver a cometerse.
El segundo proceso de impunidad que generará esta corte consistirá en legitimar y dar validez a las decisiones que en materia legislativa, aprobará el Pacto de Corruptos en el Congreso de la República. Los criminales que desde su curul, se han dedicado a producir legislación que favorezca los intereses de la Alianza Criminal, se sentirán libres en sus aviesos intereses y darán rienda suelta a la aprobación de leyes contrarias a los intereses populares. El tercer proceso consistirá en abrir las puertas a que la “sacrosanta” inversión privada pueda saquear, robar, corromper, expoliar los recursos naturales del país y explotar la fuerza laboral de quienes les venga en gana. Sin debida diligencia y promoviendo la corrupción los grandes capitales harán de este país la eterna tierra de la degradación ambiental y el empobrecimiento de su población.
El otro proceso consistirá en legitimar la restauración del viejo modelo corrupto e impune sobre el que ha funcionado el Estado guatemalteco y por último y no por ello menos importante instaurar y proteger los intereses de quienes implementaran la estrategia de represión y violencia contra la población que resistirá y se negará a aceptar que la Élite Depredadora siga consumando sus actos. La tarea histórica es viabilizar una amplia articulación política, social, popular y ciudadana que derrote a esta Élite y a sus serviles instrumentos.
