Jesús Alvizúrez
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Cuantas décadas tiene el pueblo de soportar las cooptaciones de los entes de la ley; en una síntesis dolorosa que el pueblo ha conocido y ha visto muchos amaneceres faltos de amor y comprensión de gobiernos corruptos y prepotentes, los pobres han sido gobernados por hambreado res de los bienes que la nación produce, nuestra gente tuvo en el pasado y presente hambre de pan y justicia social; los poderes y ministerios solo miran su bienestar y el de sus seguidores cercanos. Cuántas veces en los gobiernos que se han sucedido se habla de someter a la ley a quienes se han sobrepasado esclavizando a los ciudadanos y su economía; mas estos son cantos sin eco y se pierden en la nada.
Políticas sucias que en las elecciones generales cada cuatro años se dan, los lobos siempre engañan a las ovejas porque estas no están preparadas; carecen de un estudio didáctico que les haga ver y entender que son manipulados por los astutos políticos con ambición de riqueza y poder, cuando son candidatos los electores les pueden hablar y hasta reciben abrazos de ellos; ya estando en la cumbre no conocen a nadie y se creen líderes superdotados y son ineptos para gobernar de acuerdo a las normas igualitarias para dar al pueblo lo que es del pueblo.
Cuantas incautaciones han ido objeto de extinción de dominio; cuantas mineras que entregan regalías expropian; explotan en concesión con apoyo gobiernista el agua y la tierra de los vecinos; donde está este renglón económico que debe ser utilizado para combatir la pobreza y desnutrición de las áreas rurales y marginales, donde se da el fenómeno; cáncer que diezma a los habitantes de la región, donde abundan los corredores secos. Ser electo mandatario no es para que llegue al solio presidencial a ver que se levanta, y a obtener jugoso sueldo, este que salpica a los aduladores de su entorno, es tiempo de que se abra los ojos y conseguir un buen cincho que amarre los pantalones flojos de los gobernantes que se prestan a maniobras en contra de la ciudadanía indefensa.
Tribuna de la Verdad es un medio de comunicación que dice la verdad y desea que la hermandad en vuestros corazones florezca como florecen los lirios perfumados del campo; que la maldad salga del corazón del hombre y haya amor para esparcirlo a manos llenas, para dar consuelo a aquellos que lo necesitan y no servir para causar atropellos y hasta la muerte a sus padres, a sus hijos, a sus esposas a la humanidad. Quien hace mal, mal espera; es la ley de la compensación tipificada en el karma. De este mundo nadie se va sin haber pagado su mal proceder, su mal caminar.
Hay quienes se ríen de quien cree en Dios; mas Dios es un espíritu invisible y poderoso que no se ve ni se toca, pero se siente su presencia dentro de la existencia cotidiana. Hagamos la voluntad que de nuestro yo interno emana, en concepción espiritual.
