José Roberto Alejos Cámbara

Después de la experiencia de haber sido tomados en cuenta todos los señalamientos (tachas) planteados por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) para no elegir a determinados candidatos para la Corte Suprema de Justicia, también nos tocó vivir el momento en que, a pesar de haberse llevado a cabo la elección, nuevamente surgió oposición de esa instancia internacional al considerar que seis de los electos no eran las personas apropiadas.

Nos correspondió dialogar con estos seis profesionales y tratar de exponerles la difícil situación; hubo también que explicarle a Carlos Castresana, titular de la CICIG, que una vez electos los magistrados, su retiro procedería por voluntad propia a menos que contara con suficientes pruebas para someterlos a proceso de antejuicio y evitar que tomaran posesión.

Tres de los profesionales se retiraron voluntariamente mientras que los otros tres la acusación en su contra era simplemente pertenecer a un grupo de abogados unidos a políticos que venían manejando, desde hace mucho, el tema de las cortes. De hecho, quienes renunciaron reconocieron que habían participado a propuesta de la UNE, y eso era carga suficiente.

Entonces en el pleno elegimos de nuevo de una lista ya en nuestro poder, y los nuevos magistrados no tuvieron mayores inconvenientes y confrontaciones, aunque cada año, la elección de la presidencia, siempre se tornaba problemática, confusa y desgastante.

A partir de la Ley de Acceso a la Información, de la transparencia que se impulsó en esa época, de la llegada de la CICIG y sus vetos (tachas) además del proceso de las Comisiones de Postulación; el manejo del tema quedó al desnudo; fue entonces que los políticos metieron mas las manos en la justicia, pero también lo hicieron los jueces y magistrados quienes, desde su candidatura, buscaban cómo hacer acuerdos para su elección o bien para permanecer en sus puestos.

De repente, los candidatos se auto presentaban con los políticos, se acercaban a dialogar con quienes lo permitían y tenían interés en negociar, así poco a poco la justicia se fue politizando haciéndose realidad el deseo de candidatos y políticos. Lo vimos entre los partidos Patriota y Líder, sin la UNE pero el voto de TODOS y como consecuencia, ahora están adentro y toca pagar las consecuencias de esa complicidad entre jueces y políticos.

Realmente las elecciones se manejaron con descaro y sin temor a ser contado “Ustedes van a ser electos mañana en el pleno, porque yo tengo los votos” dijo Manuel Baldizón a quienes una noche antes de la elección llegaron a cenar a su casa; o bien cuando la ex vicepresidenta Roxana Baldetti declaró que la elección de la Corte se hizo alrededor de una cama de hotel (Quinta Real en aquella época). Como estas hay otras historias de cómo llegaron y a qué se comprometieron los magistrados electos.

Hoy la elección de las cortes tiene más de un año de retraso, y no se ha dado porque entre vetados y acusados de tráfico de influencias, no resultarán electos aquellos que “ayudarán” a quienes están en problemas legales o bien llegarán a estarlo en un futuro cercano. ¡Han hecho de la justicia un negocio! Pero los financistas, no se quedan atrás… también han metido las manos.

 

José Roberto Alejos Cámbara

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