Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Siempre he dicho que de las mejores decisiones que tomó Jimmy Morales para defender el sistema, el estado actual de las cosas y a los que le reclamaban acciones para “retomar” el control, fue nombrar a Consuelo Porras al frente del Ministerio Público (MP).

Alejandro Giammattei fue aún más lejos y la llama su “amiga”, se deshace en elogios para con ella y hay algunos que explican que con el dulce de la “reelección” la tiene marchando y a su servicio. Célebre aquel documento en el que ordenaba a fiscales pedir cosas de la presidencia “con cordialidad”, luego de una queja de la magistrada electa por el Presidente para la Corte de Constitucionalidad (CC), Leyla Lemus, abogada que ve en las cartas de entendimiento una buena forma de “asegurar” licitaciones.

Y es que Consuelo Porras ha resultado ser la pieza más importante de todo el pacto que busca retomar el control porque algunos se han “podido” ir de boca porque saben que doña Consuelo no moverá un dedo a menos que tenga una “inquina personal” o proceder contra alguien sea de interés de sus “aliados”.

Miembros de poder en el Gobierno anterior y con presencia en el Congreso son beneficiados por Porras pues esta no deja que uno de sus fiscales favoritos avancen en una denuncia ciudadana por un caso relacionado a negocios con la obra pública.

Por ejemplo, ella sabe y mejor que nadie, que los magistrados no pueden ser perseguidos por sus opiniones vertidas en resoluciones y aún así, consciente que en el Congreso se avance de manera ilegal contra dos magistrados de la CC, Porras y de Matta y no mueve un dedo porque eso es lo que quieren aquellos que buscan retomar el control.

Hoy están muy contentos algunos, pero resulta que sentar ese precedente abrirá la puerta para que gente como Roberto Molina Barreto vaya a rendir cuentas por casos como la anulación de la sentencia de Rios Montt, por mencionar tan solo un ejemplo.

En la actualidad, la receta Sandra Torres que se disparó Consuelo Porras con la ex de la UNE (autorizó un caso cuando ya tenía inmunidad) la está repitiendo, mostrando la fidelidad que se necesitó para que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) la nombrara como magistrada suplente en la CC. Ya le han advertido que “no puede haber otro Moto” dentro de los que se proponen servir para retomar el control y por eso defiende con uñas y dientes a los magistrados de la Suprema que la eligieron.

Porras ha logrado el silencio de muchos que tienen diversos tipos de denuncias (algunos que sí se han comido elotes de corrupción) y que temen que si doña Consuelo pone el pie en el acelerador, puede pedir que se los “lleven pie con jeta”.

Si juzgáramos por el actuar grupal, desde los diferentes sectores de la sociedad (incluida alguna parte de la prensa) podríamos concluir que, salvo algunas excepciones, las actuaciones de Consuelo Porras causan una enorme satisfacción y que no hay nada de qué preocuparse. El silencio ha sido un cómplice ideal que les ha allanado el camino y cada vez más se hacen notorias las voces acalladas.

Nadie en la comunidad internacional puede querer el cambio más que los mismos guatemaltecos y por eso resulta inconcebible el que nos hayamos acostumbrado a vivir con los desmanes de un sistema y sus operadores que tienen la sartén por el mango y que trabajan desde la cancha que le regala una sociedad indiferente.

Existen las Consuelos porque hay una sociedad que lo permite y porque teniendo Ejecutivo, Legislativo, Judicial, la nueva CC y el MP, los que desean retomar el control pueden operar a sus anchas, apoyados en la dejadez social que se resiste o no sabe cómo ejercer ciudadanía que incida.

Porras sabe que la comunidad internacional ya se dio cuenta de su juego y por eso, aprieta el paso en temas de narcotráfico que tanto le interesan a Estados Unidos y con eso siente que gana espacio para seguir siendo un obstáculo para lograr, vía la averiguación de la verdad, la Guatemala transparente que tanto queremos.

Al final, existen las Consuelos porque seguimos actuando con Desconsuelo.

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