La vacunación es un factor fundamental ahora que estamos por cumplir un año del primer caso que se presentó, lo cual ocurrió, por cierto, en esa forma teatral en que se maneja Guatemala. Foto La Hora/MSPAS

Con la décima parte de lo que el gobierno había anunciado, el mecanismo COVAX hará hoy entrega de un embarque de vacunas hacia Guatemala, con lo que llegaremos a la cifra de 286,600 dosis, es decir lo suficiente para inmunizar a 143,300 personas en todo el país, lo que apenas alcanzará para cubrir al personal de salud, tanto del sector público como del privado, a lo cual hay que agregar que desde el principio se ha dado el fenómeno tan chapín de los “colados” que por cuello, amiguismo o simplemente por incapacidad de los encargados de la vacunación, lograron la inyección cuando aún no les tocaba.

El tema es preocupante porque estamos próximos a la Semana Santa y ocurre que en nuestro sistema de control, en el que muy poca gente cree por la limitadísima cantidad de pruebas, se nota un incremento de casos y no tenemos la menor idea de si en el país ya se encuentra alguna de las cepas que en otras regiones están provocando un disparo en los casos. La vacunación es un factor fundamental ahora que estamos por cumplir un año del primer caso que se presentó, lo cual ocurrió, por cierto, en esa forma teatral en que se maneja Guatemala.

Si suponemos que se deberá vacunar como mínimo a diez millones de personas, entenderemos cuán lejos estamos de esa meta. No sólo porque no disponemos ni dispondremos de la vacuna sino porque con las 205,000 inicialmente donadas no se pudo avanzar, lo cual es una muestra patética de la incapacidad de las autoridades para ejecutar el plan que presentaron con bombos y platillos.

Y así como es práctica chapina colarse, también lo es echarle la culpa a otros de nuestros propios errores. COVAX puede ser un desastre, pero países vecinos al nuestro, algunos con menos recursos, emprendieron mucho antes sus programas de vacunación porque fueron diligentes en asegurarse algunas dosis en ese duro y disputado mercado en el que los países grandes llevan enorme ventaja por el volumen de sus pedidos. Hemos visto que Costa Rica ha vacunado a 204,586 personas, lo que apenas significa el 4 por ciento de su población, cifra aún muy baja, pero que va a años luz de nuestra expectativa que, si se pusieran las pilas para aplicar las dosis disponibles, nos llevaría a 143,300 inmunizados.

Los analistas hablan de países que mostraron habilidad para comprar y otros que no la tuvieron y nosotros, obviamente, estamos entre los peores de los peores, casi como si no existiera aún ninguna vacuna contra el Covid-19.

Redacción La Hora

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