Cuando el gobierno anunció que ya tenía su “Plan de Vacunación” señalamos que el mismo tenía inmensa cantidad de agujeros pero no llegamos a pensar que fuera tan malo como para poner en peligro todo el esfuerzo de inmunizar al mayor número de habitantes del país. Por falta de vacunas, al disponer sólo de la pequeña cantidad (5,000 dosis) donada por Israel y la respetable cantidad (200,000) donada por la India, los potenciales vacunados no son una multitud sino apenas alrededor de 100,000, parte del personal de salud, pero hasta en eso, fuera de los de la foto para inaugurar la vacunación, la gente ha tenido problemas porque nunca diseñaron ningún sistema efectivo para el registro de las personas y los datos se tienen que llenar manualmente para luego ser pasados a un sistema Informativo Gerencial de Salud que no es precisamente el mejor modelo para llevar el registro individual de varios millones de personas.
En otros países existen hasta aplicaciones móviles en las que la gente puede registrarse y recibir la fecha asignada para ser inyectada para recibir las dos dosis, si se trata de alguna vacuna que requiera de ambas. Aquí, en cambio, en “papelitos shucos”, como diría aquel exministro, se van anotando los que quieren ser vacunados y el traslado de esa información manual a información digitalizada depende de la calidad y capacidad de los digitalizadores para luego ir integrando datos que provienen de multitud de sitios en la que deberá ser, suponemos, la matriz de todo el programa pero que según expertos no proporciona esos detalles de información en otras campañas de vacunaciones.
Si el gobierno por inepto no ha podido conseguir vacunas, no podíamos esperar que tuvieran el tino de aprovechar ese retraso que es su responsabilidad para capacitar a la gente en todo el país de manera que se pudiera recolectar eficientemente la información. Pero si dejaron al tiempo la adquisición de la vacuna por andar de arriba para abajo, también por la misma razón descuidaron la capacitación. Y hoy hablamos sólo de la de aquellos que recopilarán datos para programar la vacuna, no digamos cuando llegue el momento de inyectarla a las personas.
No es cuestión de inventar nada sino simplemente de pedir información a otros países amigos que seguramente la darían para elaborar un plan eficiente de vacunación que nos ayude a contener los contagios y controlar la pandemia. Expertos dicen que el tal Sistema de Información de Salud es un fiasco que no garantiza un eficiente plan para llegar al mayor número de personas.