Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

post author

Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

Lo que tenga que decir el ex abogado general de entidades como Walmart y Mars en torno al impacto que un Sistema Judicial tenga en las inversiones que se hacen un un país, no puede ser tomado como poca cosa por aquellos que repiten como letanía eso de “atraer inversión extranjera e incentivar la inversión local”.

Ayer, en una entrevista con La Hora, Alberto J. Mora, Director Ejecutivo Asociado de Programas Globales de la American Bar Association de Estados Unidos dijo: “Yo como abogado principal de empresas he estado en muchísimas situaciones, en las cuales el estado de corrupción, la corrupción de las Cortes, el Sistema Judicial era factor importante para la decisión de invertir en el país; le puedo decir que en varios casos yo intervine en el proceso de entrar en un mercado y aconsejé en contra de que la compañía entrara, precisamente porque el nivel de corrupción era tal que no teníamos ningún tipo de seguranza de que podíamos hacer negocios honestamente en el país y si no era honestamente no queríamos participar en ese tipo de ambiente.”.

Ser empresario en Guatemala y en especial de esos que buscan hacer las cosas bien, tiene doble mérito porque nadar contra un sistema que está tomado hasta el tuétano no es sencillo y por eso es que resulta paradójico cuando algunos empresarios, lejos de trabajar por unir esfuerzos y limpiar el sistema, inexplicablemente deciden aliarse con algunos que no están pensando en cómo atraer inversiones, si no satisfacer sus propios pellejos.

La elección de magistrados a la Corte de Constitucionalidad (CC) marcará el rumbo económico que le daremos al país. Por un lado está la posibilidad de empezar a trazar el camino en virtud del cual podamos ser un mercado más atractivo partiendo desde la certeza jurídica que ofrece el saber que todos actuarán bajo las mismas reglas y, por el otro, seguir en el sendero en el que somos un caldo de cultivo para piratas, falsificadores o inversionistas que les gusta “caminar por la sombra de la ilegalidad”.

Todos nos estamos jugando mucho en esta elección. A nivel país y a nivel personal porque hagan lo que hagan, los esfuerzos en la dirección de la cooptación, de la impunidad y en contra de la independencia judicial no podrán quedar ocultos y en la impunidad como se ha acostumbrado.

Si en las contrataciones empresariales no privilegiaríamos al que tiene las relaciones más rancias o es el que mejor se presta a lo que no se debe, ¿por qué habremos de apoyar tales actitudes en una decisión tan transcendental para el país?

Los plazos son importantes sin duda, pero no cabe hablar de certeza jurídica y del cumplimiento de plazos si no estamos atendiendo que para la conformación de la nueva CC se cumpla con la Constitución y en eso debemos centrar nuestros esfuerzos para que quienes resulten elegidos llenen los requisitos que exige la ley.

De qué sirven los “nuevos aires” si esos pasan por relaciones estrechas con alguien que está acusado de manipular la justicia, por ejemplo o del apoyo que puedan recibir de aquellos que tienen cuentas pendientes con la justicia.

No podemos separar el tema económico de la atracción de capitales y el fortalecimiento de las inversiones con la necesidad de tener un Sistema de Justicia fuerte e independiente y por eso, es un sin sentido eso de hablar de una cosa y hacer lo contrario para lograr un objetivo adverso a lo que tanto se dice.

Con tanta luz, dada desde el mismo país en el que todos quieren cuidar sus inversiones y su misma visa, deben pensar muy bien aquellos que están metiendo sus manos de mala manera.

Artículo anteriorEl Libro de los Jueces (II)
Artículo siguienteY aguas con las vacunas