Ana Cristina Morales

crismodenesi@gmail.com

Médica y cirujana licenciada por la Universidad de San Carlos de Guatemala, especializada en psiquiatría con arreglo al Programa USAC/IGSS. Con las especializaciones de atención en psicoterapia a mujeres maltratadas, así como en adicciones y Supervisora psicosocial. Autora de -Aprender a perdonar. “Una herramienta en psicoterapia”, publicación personal, y coautora del artículo: “Consecuencias biopsicosociales del abuso sexual”, del libro Síndrome de intestino irritable y otros trastornos relacionados, publicado por Editorial Panamericana. Del libro “El perdón y la salud” de editorial Plataforma. Columna de opinión “Conversando con la Psiquiatra” en el periódico guatemalteco “La Hora”, Trabaja en oficina privada como psicoterapeuta y psiquiatra.

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Dra. Ana Cristina Morales Modenesi

El nihilismo niega toda creencia, principio o dogma, la palabra proviene del latín nihil, que significa “nada” y posee el sufijo-ismo, que significa “doctrina” o sistema”. Sostiene que la existencia carece de sentido, y que no existe ninguna entidad superior o sobrenatural que la dote de significado, objetivo o propósito. No hay un sentido superior para la vida, pues este carece de explicación verificable.

“Un nihilista es alguien que prefiere creer en la nada a no creer en nada”, el término nihilismo aparece asociado a alguien que no cree en nada y pensar que la vida carece de sentido. El mayor exponente del nihilismo es Nietzsche.

El papel del nihilismo es el de negar para afirmar y destruir para crear.

El delirio Nihilista, también es llamado delirio de negación, delirio de no existencia. Término introducido por Jules Cotard en sus pacientes que más tarde fueron diagnosticados con el síndrome de Cotard. Los pacientes muestran la tendencia a negar todo hasta el punto de negar su propia existencia y del mundo. En casos menos intensos el paciente sólo niega la existencia de determinados órganos. Por ejemplo, que no tienen cerebro, corazón, o no hay sangre circulando dentro de ellos, entre otros, además creer en la falta de funcionamiento de algún órgano. Por ejemplo, que el corazón no late.

Este síndrome fue descrito en los años 1880, es un síndrome poco frecuente que suele aparecen en la edad adulta y se caracteriza por el desarrollo de un cuadro psicótico, que en 9 de cada 10 casos cursa asociado a un trastorno depresivo. Está asociado a depresiones psicóticas o esquizofrenias, psicosis derivadas de enfermedades orgánicas, post-trauma o por sustancias tóxicas.

Entre los delirios de estos pacientes se hallan las firmes creencias de haber fallecido, que no existe un mundo exterior ni uno mismos, que los órganos internos están podridos, o que se adolece de algún órgano.

Es uno de los trastornos mentales más desconocidos. Quien lo sufre puede pensar que ha fallecido o deja de sentir partes o funciones de su cuerpo.

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