Desde que el Congreso nombró a los actuales magistrados del Tribunal Supremo Electoral se conocía perfectamente cuál era su encargo, puesto que así como están urgidos de elegir magistrados de Salas de Apelaciones, de Corte Suprema de Justicia y de la Corte de Constitucionalidad que aseguren impunidad, era indispensable disponer de un TSE capaz de revertir los poquísimos avances que se tuvieron en temas como el del financiamiento electoral y del transfuguismo para asegurar la perpetuidad del modelo corrupto que asegura la existencia de elecciones en las que el gran poder económico y el narcotráfico tengan las puertas abiertas para seguir siendo los verdaderos electores.
Ayer, con el envío de su propuesta de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos demostraron que no les importa, para nada, cuidar las formas porque lo que tienen es un mandato explícito, recibido de sus amos en el Congreso, para quitar los pequeños dientecitos que quedaban en la legislación electoral y que complicaban las cosas a los dueños de los partidos. Se pretende que entidades como UCN no tengan que volver a sufrir cancelaciones por el “simple hecho” de haber tenido notorio vínculo con los narcos y despreocuparse por llevar cuentas de lo que, entre almuerzos de gallina en crema con loroco, recibían a manos llenas.
El transfuguismo es una pieza esencial del sistema porque ese permanente juego de sillas musicales que se ve en el Congreso es lo que permite la integración de mayorías como la que respaldó a Jimmy Morales y como la que ahora sirve a Giammattei y quienes le dirigen. Los millones bajo la mesa para que los diputados vayan de un partido a otro, de acuerdo a las conveniencias del momento, es un rentable negocio al que no quieren renunciar.
Los diputados electos por un partido de narcos no son víctimas inocentes sino cómplices porque, por ejemplo, quien se metió con Mario Estrada conocía perfectamente a “su líder” y fue gracias a esos financiamientos que fue electo. Alegar ahora que ellos pagan consecuencias injustamente, como dice alguno de los magistrados electos para hacer su trabajo, es una sinvergüenzada propia de ese tipo de gente. La prohibición de transfuguismo no amerita excusas tan pendejas y criminales porque se trata de una práctica que ayudará a incrementar, si es que ello todavía se puede, el nivel de inmoralidad y cinismo de nuestra clase política.
Repetimos, este TSE fue electo por algo y está simple y llanamente cumpliendo sus compromisos, como lo hace la Fiscal y lo harán todos los magistrados que vienen.