Jorge Santos

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Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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Por Jorge Santos

El populismo es el uso de una serie de acciones o medidas destinadas a ganar la simpatía de la población, particularmente si esta forma parte del electorado. Muchas veces o en la mayoría de los casos, esta medidas pueden ser a costa de la democracia o bien contrarias al Estado de Derecho. Es más este término era peyorativa y perversamente utilizado por los grupos de la derecha y la derecha extrema para referirse a las acciones de gobiernos democráticos que impulsan política sociales amplias; sin embargo hoy más que nunca las acciones populistas son ampliamente utlizadas por los gobiernos de derecha, por ejemplo los ofrecimientos de Peréz Molina o de Jimmy Morales son un claro ejemplo de ello.

Los últimos gobiernos en Guatemala han utilizado el populismo ampliamente para intentar sostener sus acciones o bien ampliar su base electoral, pero recientemente es el presidente Alejandro Giammettei quien con mayor descaro utiliza este tipo de retorica. Actualmente el país atraviesa por una serie de crisis en varias dimensiones, que requerirían de políticas públicas que atendieran a la población que está resultando mayormente afectada por las mismas. Sin embargo, la respuesta a estas múltiples crisis -sanitaria, económica, democrática y social- es la demagogía y el populismo más burdo por parte del gobierno de la República. Durante el primer año de gobierno de Giammattei hemos pasado por muchas y claras muestras de esto. Desde convertir los Estados de Excepción en la regla para supuestamente mejorar las condiciones de seguridad de la población, hasta la patrañas referidas en cadena nacional durante el impacto de la Pandemia del coronavirus en el país.

Pero la desfachatez más grande, es ver a la persona responsable del Organismo Ejecutivo, que meses atrás se regordeaba como un “pro-vida” ante su incapacidad de detener la ola de violencia contra las mujeres y la niñez, sale -nuevamente- en su ya tradicional demagogía y populismo a pedir la pena de muerte contra los responsables de tan atroces crimenes. El Presidente Giammattei junto a su actual Ministro de Gobernación Gendri Reyes, son los responsables del incremento de los hechos de violencia, ya que privilegian la conducción corrupta encaminada a reprimir y violentar a todo lo que es considerada la oposición en vez de diseñar políticas públicas de protección y seguridad ciudadana de la población y en particular de las mujeres, la niñez y las y los adultos mayores en el país.

El populismo del presidente Alejandro Giammattei, no le salva de la mediocridad que ha demostrado durante un año y un mes en el ejercicio del poder. Lo que la población necesita, no es más populismo, sino políticas públicas integrales de atención en salud, educación, vivienda, empleo y protección social. Necesita de fortalecimiento de las instituciones públicas encargadas de los derechos humanos, de busqueda de justicia y de cese a la impunidad. Mientras esto no se de, el vociferar la vieja y fácil retorica de la pena de muerte no servirá de absolutamente nada

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